martes, 30 de abril de 2013

Capitulo 10: ¿Ir o no ir?



-Está bien- conteste.

Carlisle encerró a Jacob dentro de una de las pequeñas celdas con las que contaba la estación, ahí se quedaría toda la noche. Y a la mañana siguiente empezarían el montón de trámites.
Edward me guió hasta su oficina, supe que era suya porque arriba de la puerta estaba su nombre. Él se sentó en la silla del escritorio y me pidió me sentara enfrente.

-¿Qué quieres preguntarme?- pregunté impaciente.
-¿Jacob ha tenido actitudes violentas?- Por el tono en cómo me pregunto, me di cuenta de que en este momento no éramos amigos.
-No- mentí.
-¿Segura?-
-Totalmente-
-¿De ningún tipo?-
-De ningún tipo-
-¿Sabías que él había secuestrado a Rosalie?- preguntó alzando una ceja.
-No y no contestare nada más mientras no esté mi abogado- siempre era el mismo procedimiento. Responder las preguntas más tranquilas y después escudarse en el abogado. Me sabía de memoria el guión.
-Entonces llama a tu abogado- sugirió con voz firme.
-Muy bien ¿me permites?- pregunté alzando mi celular.
-Claro- contesto saliendo de la oficina.

Marque el número de James y contesto enseguida.

-¡A ti te quería hablar!- gritó.
- Jacob ya se las cobro- dije en tono sombrío, el solo hecho de recordar cómo se las había cobrado me daban ganas de matarlo -Está arrestado por privación ilegal de la libertad e intento de violación, además quieren interrogarme por ser su esposa- añadí.
-Sal de ahí y no digas nada- ordenó.
-Ok- dije colgando.

Salí de la oficina, afuera estaban todos pero podía ver como Edward trataba de hacer que Carlisle creyera o considerara algo.

-Tengo que irme- avisé.
-Tienes que dar tu declaración- dijo Carlisle.
-De hecho no… no tengo por qué darla-
-Te llevaré- avisó Edward.
-No tienes porque, puedo tomar un taxi-
-Sería demasiado mal educado de mi parte dejarte ir en taxi cuando yo te traje-
-Está bien-

Edward salió y yo tras él, pero antes de salir completamente dije:

-Rosalie cuídate-

Edward me llevó a mi pequeño departamento, abrí la puerta de este –de mi departamento– cuando iba a entrar me gire para despedirme.

-Gracias… adiós-
-Kristen, bueno, mañana un amigo de la familia va inaugurar su restaurant. Me preguntaba si te gustaría acompañarme- Este chico sufría de bipolaridad.
-Claro-
-Entonces paso por ti a las dos- dijo con una preciosa sonrisa.
-Cuídate- dije, meneando la mano suavemente en señal de despedida.
-Que sueñes lindo- contesto acercándose y dándome un beso en la mejilla.
-Adiós- dije entrando a mi departamento.

Quería ir con Edward mañana, pero ¿no lo exponía demasiado? Si James se llegará a enterar… que un detective es mi amigo y que además estoy enamorada de él… podría matarlo.
Y si le sumábamos que estaría enojado conmigo, por ayudar a Rosalie y provocar que metieran a la cárcel a Jacob. Que James se llegará enterar de otro punto débil… sería, terrible.
Aunque, lo más seguro es que Jacob mañana mismo estuviera fuera de la cárcel y entonces se desaparecería de Forks. Y le cambiarían la identidad.

Pero James no tenía por qué enterarse ¿cierto? Iría, pasaría un rato con Edward y listo.  Sin problema.
Pero necesitaba un vestido para la ocasión.
En mi departamento no tenía, solo cosas cómodas. Así que tenía que ir a la mansión. Abrí la puerta y me percaté de que Edward ya se había, salí de mi departamento, espere a que el portero llevara mí Audi. Cuando llegó le agradecí y conduje a toda velocidad hasta llegar a la mansión.
Estacione mi Audi en el garaje y entre. Fui directo a mí habitación, abrí el closet y examine todos los vestidos. Ninguno me convencía hasta que encontré uno hermoso. Tenía el top color negro con brillantes, y una faldita verde turquesa. Era perfecto.
Busque entre mis zapatillas y encontré unas negras de ocho centímetros. Luego busque un bolso, que tenía un tono semejante al verde del vestido.
Tome una pistola, solo por si las dudas y cuando iba a salir de la habitación, pegue un grito, había una persona en la habitación. Pronto me di cuenta que se trataba de James.

-Tú y yo tenemos muchos asuntos que arreglar-  dijo amenazante.
-Jacob los arregló por ti- conteste violentamente, saliendo de la habitación.
-Ahora que lo mencionas, Jacob sale mañana de la cárcel- avisó, como si me importara.
-¿Y?-
-Que te aseguro no le gustará que vayas con Edward a la inauguración de ese restaurant-

¿Cómo diablos se había enterado?

-¿Cómo sabes eso?- pregunté confundida.
-Sabes que para mí nada es imposible-
-En dado caso me importa poco lo que le guste a Jacob –
-Debería, digamos que puede afectar a Marie-
-¡Con ella no te metas!- grité.
-Entonces ¿iras mañana con Edward?-
-Si- dije retadora.
-Muy bien- 

Camine hasta mi Audi avente las cosas al asiento trasero y arranque.
¿Tenía que escoger entre Edward y Marie? ¿Tenía que renunciar a Edward para poder protegerlo, a él, a Marie y a mí?

Llegue a mi departamento, saque mi ropa y todo lo que había echado en el auto y entre.
Tome mi celular, guarde con el nombre de Edward el teléfono de donde Edward me había marcador.
¿Debía ignorar la amenaza de James o debería hacerle caso? Si iba con Edward, sería muy egoísta de mi parte. Lo expondría a él y a Marie. Pero toda mi vida me la había pasado complaciendo a James, quizá Edward era mi única oportunidad de ser feliz.
Con la decisión tomada, me puse un short y una blusa de tirantes para dormir. Y me acosté, pensando en Edward.

Me desperté a mediodía así que me di una ducha, me puse el hermoso vestido y deje mi cabello suelto. Tome mi estuche de maquillaje. Me delinee la línea de agua de negro. Me coloque sobras verdes en el parpado movible y una estrecha línea de delineador líquido arriba de las pestañas superiores.
Me puse rímel, pinte mis labios de un angelical e inocente rosa y entonces el timbre sonó.
Iba a abrir la puerta, pero visualice la pistola en el sofá, así que la metí en mi bolso y echando un último vistazo para asegurarme que todo estaba en orden, abrí.

-Te ves hermosa- saludó Edward, quien llevaba un traje negro, una camisa blanca y una corbata negra que lo hacía lucir hermosamente sexy.
-Tú no te quedas a tras- dije sonriendo.
-¿Nos vamos?- dijo extendiendo su mano para que la tomara.
-Claro- dije tomando su mano.

Al subirnos al Volvo note que Edward estaba un poco extraño, preocupado.

-¿Tienes algo?- pregunté mientras él conducía.
-No. Bueno si, tuvimos que dejar libre a tu esposo-
-¿Por qué?-
-Ordenes de arriba- dijo con desprecio.
-Deberías decirle a Emmett que no deje ni un minuto sola a Rosalie-
-Ya lo hice, pero eso no es lo que me preocupa-
-¿Entonces qué?-
-Que pueda hacerte daño a ti- dijo estacionándose en la orilla de la calle.

Me gire a ver su rostro y me observaba con ternura y preocupación.

Espero les guste. Lo actualizaré cuando tenga tiempo.
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NOTA: Queda prohibida la copia total o parcial de este fanfic sin permiso de la autora.

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