Narrado por
Isabella Swan.
…Tres meses después…
-Kristen necesitas volver a
intentarlo- Dijo Jake entrando a la mansión Stewart.
-Jake ¿somos amigos?- pregunté
caminando hacia él con la mirada en el suelo.
-Claro… ¿Qué pasa?- se acercó y tomo
mi rostro entre sus manos delicadamente.
-No puedo- solté en un susurró apenas
audible.
-Es solo un asesinato más, una
persona más y tú, junto con tu hermana serán libres- contesto depositando un
beso en mi mejilla.
-¡No lo entiendes! Él no es una
persona más-
-¿Qué quieres decir?-
-Qué no lo mataré, no puedo-
-¡Lo sabía! ¡Sabía que lo querías!-
gritó Jacob dándome una bofetada.
-¡¿Qué te pasa?!- grité mientras las lágrimas brotaban de mis ojos.
-¡Ve y mátalo!- ordenó.
-¿Jake? ¿Qué pasa? Somos amigos…-
-¿Amigos? ¡No me hagas reír! ¡Tú y yo
no somos nada! Simplemente necesitaba acercarme a ti para saber la verdad y ya
la sé- dijo con gesto burlón.
-¡Te odio!- grité mientras salía
corriendo, corrí por toda la ciudad hasta que mis piernas ya no pudieron, me
senté en la acera y rompí en llanto.
¡Jacob me había utilizado y engañado!
Yo le había contado muchas cosas, cosas que dolían, cosas que nadie más sabia,
había vuelto a confiar en él plenamente, ¡que estúpida fui! Jacob nunca
cambiaría, él era malo y punto. No se podía hacer nada por él, pero si podía
salvar a Edward, porque ahora que Jacob sabía que no estaba en mis planes matar
a Edward estaba segura él lo haría, incluso sé que le encantaría hacerlo.
Y entonces como si por primera vez el
destino estuviera de mi lado, escuche a un auto detenerse enfrente de mí.
-¿Se encuentra bien señorita?-
preguntó una hermosa voz aterciopelada, yo reconocería esa calidez donde fuera.
-Sí, gracias- conteste alzando la
cabeza y entonces lo comprobé aquel hombre era Edward, lucía desalineado y cansado. Debajo de los ojos tenía enormes
ojeras, se le notaba preocupado. Además de que tenía una enorme tristeza, lo
podía ver en sus ojos.
Al reconocerme abrió los ojos como
platos, me levanto de la banqueta y me abrazó. No era un abrazó cualquiera este
era especial, me hacía sentir segura, protegida, ¡querida!
-¡Kristen! ¿Dónde te metiste? No
sabes cuánto te extrañe, ¡Te eché mucho de menos!- dijo sin soltarme -¿Por qué
lloras?- preguntó separándose solo un poco de mí.
-No es nada- conteste intentado
contener las lágrimas.
-¡Ven!- dijo jalándome hacia su
flameante Volvo.
-¿A dónde?- pregunte.
-A mi casa, quiero que todos se
enteren que has regresado- dijo con una hermosa sonrisa, y entonces todos los
rastros de cansancio y estrés desaparecieron de él.
-Edward… no creo que sea buena idea-
conteste apartándome y con la mirada fija en el suelo, no podía verlo a los
ojos después de haberle disparado.
-¡Vamos Kris! Ellos decían que no
regresarías pero lo hiciste-
Edward se veía tan feliz, con su
hermosa sonrisa y sus ojos brillando… que me sentí incapaz de negarme.
El trayecto fue muy entusiasta por
parte de Edward se la pasaba hablando de cosas triviales. Aunque yo solo
contestaba con monosílabos, pues ni siquiera podía concentrarme en su plática,
tenía miedo de ir a su casa, de ir y que Rosalie dijera la verdad, en realidad
me sorprendía de sobremanera que no la haya dicho ya pero tampoco se debe
tentar a la suerte y creo que ir a la casa de Edward era tentarla, tentarla
demasiado.
-Te amo- soltó, me gire a verlo y
parecía decir la verdad.
¿Pero apenas me conocía? No es que yo
no sintiera nada por él, pero tampoco creí que fuera tan fuerte. Además, no
venía al caso con su plática, no le había puesto mucho interés pero tampoco lo
ignoraba lo suficiente para no darme cuenta que su te amo no tenía que ver con el tema.
Por lo que solo asentí.
Llegamos a su casa, Esme me saludó
con abrazo muy cálido, Carlisle formalmente, Jasper solo meneo la cabeza, pero
Emmett me cargo y comenzó a dar vueltas conmigo.
-¡Me alegro tanto que estés aquí!
Edward se había vuelto un amargado-
-Gracias Emmett pero por favor
bájame- roge, ya que comenzaba a marearme.
-Emmett le harás daño- dijo
preocupada Esme.
Emmett me bajó, y mientras me
acomodaba la ropa que gracias a Emmett había terminado como un desastre note que
mi tatuaje de la cintura quedaba a la vista, rápidamente lo tape antes de que
alguien lo notara, mejor dicho antes de que Carlisle lo reconociera.
-¡Kristen!- gritó Alice abrazándome
efusivamente.
-Alice- dije tratando de sonreír.
Me alegraba y me entristecía que
ellos estuvieran tan contesto de verme, no merecía aquella felicidad, no
merecía a Edward, ni a Emmett, no merecía los abrazos de Esme y Alice, no
merecía ser tan apreciada y mucho menos por parte de los Cullen.
-Rosalie ven a saludar a Kristen- oí
que decía Emmett emocionado.
Me gire hacia las escaleras y hay de
pie estaba Rosalie matándome con la mirada, pude ver el fuego en sus ojos.
Entonces temí que fuera a decir la verdad, trate de dirigirle una sonrisa pero
no estoy muy segura que me haya salido.
Rosalie subió corriendo, dejando una
situación muy incómoda. Una vez más le agradecí su silencio.
-Discúlpala por favor, no sé qué le
pasa- pidió Esme.
-¿Puedo ir a hablar con ella?-
pregunté tratando de controlar mi miedo a que hablará, aunque no hice un buen
trabajo ya que mi voz salió en un tono de súplica.
-Claro ve- contesto Carlisle.
Mientras subía las escaleras sentí la
mirada de todos los Cullen en mi espalda, solo esperaba no caer, eso sería una
vergüenza continental.
Toque la puerta del dormitorio de
Rosalie y escuche un molesto “pasa”.
Abrí la puerta lentamente, entre y la
cerré.
Rosalie estaba acostaba boca abajo en
su cama.
-Rosalie…- iba a pedir disculpas pero
preferí callarme, pues al escuchar mi voz se paró de un brinco y me observo con
furia.
-¡¿Qué haces aquí?!- gritó.
-Rosalie déjame explicarte-
-¡¿Qué?! ¡Lo intentas matar dos veces
y después vienes y pones tu cara de ángel con todos!-
-¿Dos veces?- pregunté desconcertada.
Ella rodo los ojos.
-Cuando te fuiste lo dejaste muriendo
¡no quería hacer nada! ¡No comía ni bebía! Parecía un robot, pero tú no
estabas, ¡lo habías dejado! Y después regresas y lo ¡intentas matar a balazos!
Dime ¿Por qué llamaste a Carlisle? ¡¿Querías que sufriera viendo morir a su
hijo?!- dijo acercándose.
-Rosalie yo no quería, te lo jur…- no
pude terminar pues sentí la mano de Rosalie en mi mejilla y después me comenzó
a arder. Rosalie me había pegado.
-¡No jures!- gritó ahora más molesta.
Entonces la puerta se abrió y Emmett
entro corriendo.
-¡Ey chicas, tranquilas!- dijo
tratando de abrazar a Rosalie pero ella no se dejó.
Enseguida toda la familia llegó.
Edward me abrazo y tomo mi rostro en
sus manos, entonces vi la furia saltar en sus ojos.
¿Se habría dado cuenta? ¿Habrían
escuchado la pelea?
-¡Rosalie le pegaste!- no era una
pregunta, era una acusación.
-Ella se lo gano- contesto ella.
-Rosalie que descortés de tu parte-
la reprendió Esme.
-Ha sido mi culpa, tengo que irme-
dije tratando de escabullirme.
-No, no dejaré que te vayas por culpa
de Rosalie- sentenció Edward.
-¡Déjala que se vaya, nos haría un
favor!- gritó Rosalie.
-Basta Rosalie- dijo Carlisle
calmadamente pero con voz autoritaria e intimidatoria.
-No peleen por mí, ya he hecho suficiente– dije viendo a Rosalie la que capto mi
mensaje.
Salí de la habitación, pero Edward me
alcanzo.
-Por favor no me dejes, no otra vez- pude sentir el dolor en sus
palabras, un nudo en mi garganta amenazaba con sacarme lágrimas.
-Edward es lo mejor, quizá ahora no
lo entiendas, pero lo harás- dije dándole la espalda.
-Quiero entender, explícame-
Edward está tan ciego.... ¿Cómo reaccionará cuando se enteré de la verdad? Ya faltan tan solo dos capítulo para el final de esta historia
PUEDEN DEJARME UN MENSAJE SIN ESTAR REGISTRADOS, para mi es muy importante su opinión Gracias.
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Autora: Zitlali Nna-Star
NOTA: Queda prohibida la copia total o parcial de este fanfic sin permiso de la autora.
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