Capitulo 8: ¿Arrepentida?

-Edward llévala al sofá- le ordenó su padre. Edward lo obedeció.

-¡Déjenme en paz!- grité mientras pataleaba y soltaba golpes.

Su padre se acercó a mí, con la jeringa aun.

-¿Qué va a hacer?- preguntó Rosalie.

-Le inyectare un calmante- contesto.

-¡No!- grité.

Su padre ignoro mi gritó y esquivo mis golpes, alzo la jeringa, y justo cuando me iba a inyectar Edward me soltó y detuvo a su padre.

-Carlisle, ella no quiere que la inyectes- ¿me estaba defendiendo?

-Edward de otra forma no se calmará- les contesto el que ahora sabía se llama Carlisle.

-Bella ¿verdad que te calmaras?- preguntó  Edward esperando un si por respuesta.

Mire a Carlisle quien esperaba un solo motivo para inyectarme.

-Si- dije más calmada.

-¿Lo ves?- le preguntó Edward a Carlisle quien se alejó y dejo la jeringa en una mesa para después volver a acerarse.

-Linda, cuéntanos que te paso- habló su madre.

-Esme deberíamos dejarla descansar- volvió a defenderme Edward.

-No me paso nada- conteste con voz ausente.

-¿Entonces por qué estas así?- preguntó Rosalie.

-Por nada- conteste.

-Bella ¿podría hacerte un chequeo de rutina?- preguntó Carlisle con la preocupación en su rostro.

-Carlisle es doctor- aclaró Edward.

-Estoy bien- dije poniéndome de pie.

-Por favor- pidió Carlisle.

-Tengo que irme-

-Bella al menos quédate hasta que te tranquilices- pidió Alice.

-Estoy tranquila- conteste cortante.

-Bella no me obligues a inyectarte- habló Carlisle con voz autoritaria.

-No la amenaces- ordenó Edward poniéndome detrás de él.

-No discutan por mí- pedí -Sí quieren que me quede un rato más lo haré- dije más tranquila.

-¿Quieres ir a mi recamará?- ofreció  Alice.

-Por favor- acepte.

Alice nos guio a Rosalie y a mí, hasta su recamará, donde cerró con seguro.

-Listo, ahora cuéntanos que paso- pidió Rosalie.

-La última vez que te vi estabas con Edward- añadió Alice, como para que comenzara a contar desde esa parte.

Me aventé a su enorme cama rosa y hundí mi cabeza en ella.

-Por favor Bella- habló Rosalie sentándose a mi lado, Alice se sentó en el otro lado.

-No sé cómo paso, él y yo juntos…solos…en su habitación- solté con el rostro oculto.

-¡¿Qué?! ¡¿Mi hermano fue capaz…?!- gritó Alice, quien ya se había parado.

-¡Alice!- grité para tranquilizarla. -Fuimos los dos- hablé.

-¿Tú y Edward?- preguntó Rosalie con la boca abierta.

-Si-

-¿Y por eso tanto drama?- preguntó Rosalie.

-Es que eso no debería de haber pasado, ni siquiera lo conozco-

-¿Pero él te obligo?- preguntó Alice.

-No, no Alice-

-¿Te emborracho?- preguntó Alice.

-No, estaba en mi juicio, aunque no puedo decir consiente, pero no me dio nada- aseguré.

-Aun así me va a oír- murmuró Alice.

-No Alice, mejor llévame a casa- pedí.

-Estará tu padre- advirtió.

Tenía razón, con todo lo que había pasado se me había olvidado que era sábado, mi padre estaría en casa.

-Prefiero estar aquí- comente.

*Toc toc*

Llamarón a la puerta.

Alice abrió e hizo para atrás.

Edward atravesó la puerta y miro a Alice de una forma extraña, para después decir en tono educado.

-¿Podrían dejarme a solas con Bella?-

-No- se negó Alice.

-Está bien Alice- hablé para sorpresa de Edward.

Rosalie salió de la habitación sin decir nada, Alice la siguió pero alcance a oír cómo le susurraba a su hermano.

-Cuidado con lo que haces y dices, estaré cerca-

-¡Alice!- la reprendí.

Edward sonrió como si esperará que su hermana lo amenazara.

-Bella yo… ¿hice algo mal?- me preguntó sentándose en la orilla de la cama.

-Edward no tenía que haber pasado- conteste.

-¿Te arrepientes?- preguntó con dolor.

¿Me arrepentía? ¿En realidad era tan malo?

-No lo sé- me sincere.

-Yo no, fue la mejor noche de mi vida- contesto tomando mi mano.

-Pero apenas me conoces-

-¿Y? yo te ame desde el primer día que te vi-

-Pero… ¡Eres un desconocido para mí!-

-¿Eso es lo que te molesta?- preguntó.

-¡Sí! ¡Me comporte como una zorra, me entregue a un extraño!- grité quitándole mi mano.

-¡No! No eres ninguna zorra, solo nos dejamos llevar-

-¡Me acosté con un desconocido!- grité desesperada.

-Bella tranquilízate, si el problema es lo que sucedió lo olvidamos y listo- propuso.

-¿Crees que lo puedo olvidar? ¿Crees que puedo olvidar tus caricias?- pregunté.

Edward no contestó me miro, como alguien cuando encuentra un bicho raro y se detiene a observarlo.

 Lo actualizaré cuando tenga tiempo.

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Autora: Zitlali Nna-Star

Colaboradoras: Andre y Maria.