Capitulo 2: Un hombre peculiar.

Comenzamos a caminar, Jacob soltó mi mano y pasó su brazo por mi cintura para abrazarme.

Le quite la mano violentamente y la volvió a poner.

-Jacob compórtate- dije de mala gana, quitando su mano.

Caminamos hasta la zona VIP, donde los demás amigos de Jacob y Seth ya se encontraban.

-Kristen hace tiempo no te veíamos- saludó Jared.

-Hola chicos- conteste, meneando la mano suavemente.

Jacob y yo nos sentamos en el sofá a un lado de Jared.

Jake ordenó nos trajeran algo de beber, inmediatamente lo trajeron. Pero Jacob, pidió más y a cómo iba, terminaría borracho y nadie querría tener a Jacob borracho suelto por las calles de Forks.

-Jacob deja de tomar- pedí.

-No seas aburrida, mejor toma conmigo- dijo inclinando su copa hacia mis labios e intentado obligarme a beber. Pero le di un suave golpe a su copa para que la alejara de mí.

-Ya me voy Jacob- avisé levantándome, pero cuando iba a empezar a caminar, me sujeto con mucha fuerza por la muñeca, haciendo que me volviera a sentar.

-Tú no vas a ningún lado hasta que yo diga- sentenció.

-Vete al diablo- conteste volviéndome a poner de pie.

Tomo mi brazo del codo y me jalo violentamente para que me volviera a sentar.

-Jacob ya déjala- rogó Seth.

-Cállate Seth- ordenó Jacob.

-Me parece que la dama desea irse- comentó la misma voz hermosa de hace ya un par de horas. Todos giraron a observar quien osaba retar a Jacob.

En la VIP había más iluminación, por lo que pude observar al dueño de aquella voz, tan peculiar.

Tenía cabellos dorados, despeinados pero hermosos. Ojos verdes y profundos, nariz pequeña, labios muy besables. Del mismo tamaño que Jacob, ósea me ganaba por diez centímetros y un porte que enamoraría a cualquiera.

-¿Y?- preguntó Jacob poniéndose de pie.

-Según mi observación, usted no le permite dicha acción a la señorita- contesto formalmente, el hermoso y extravagante hombre.

-No te metas- le pedí al hombre, no quería que saliera herido.

-Ya la oíste, así que vete- ordenó Jacob.

-No me iré, hasta que le permita a la dama retirarse-  ¡que hermosa forma de hablar!

-Entonces yo te sacaré- contestó Jacob sacando su pistola y apuntándole al hombre, quien no modifico su rostro ni un poquito.

-Jacob, basta- pedí.

-Tranquila Kristen, este hombre ya no nos molestará  más- respondió Jacob.

-¿Piensas matarme?- preguntó tranquilamente el hombre.

¿Acaso no se daba cuenta de lo que sucedida? ¿O tenía planeado morir?

-Si no te largas, lo haré- contesto desinteresadamente Jacob.

-Entonces mátame, porque yo no me iré hasta ver a la señorita a salvo-

 -Amigo, mejor vete, aquí el buen Jacob es capaz de enfriarte- aconsejó Jared.

El hombre negó con la cabeza.

Le hice una seña a Seth, para que se acercara a mí. El chico me hizo caso enseguida.

-¿Traes tu arma?- le pregunté en un susurró.

Él asintió y levanto su playera para que la pudiera ver.

Entonces la tome, le quite el seguro y la alce hacia Jacob.

-Jacob baja tu arma- ordené.

Note de reojo como el hombre, me observaba sorprendido.

-Kristen ¿me estas apuntando?  Sabes lo que te costara ¿cierto?- preguntó Jacob.

-Sí, pero ahora baja tu arma y vámonos- conteste fríamente.

Jacob bajó su arma, sabía que era capaz de dispararle. 

-Vámonos- dijo caminando hacia la salida.

Me acerque al hombre y susurré:

-Gracias, estaré bien-

Me quedo viendo detenidamente, como si intentara descubrir algo.

Entonces seguí a Jacob. Salimos del antro y Jacob me tomó del brazo, para llevarme con él.

-Traje mi auto- dije zafándome violentamente y caminando al estacionamiento del antro  –donde había dejado mi Audi–

-¡Esto no se va a quedar así!- gritó Jacob.

Lo sabía perfectamente, como todo un junior le contaría a su padre y él –su padre–  se encargaría.

Subí y arranque mi auto, para dirigirme a la mansión que ocupaba.

Ya en mi habitación me puse un cómodo short y una blusa de tirantes para dormir. Apague todas las luces y me eche a dormir.

-¡Kristen!- escuche el gritó de una voz masculina. -¡Levántate!- añadió.

Oh no, era James.

Me levante de un salto y sentí la mano de James estamparse en mi mejilla con muchísima fuerza, tanta que caí sentada sobre mi cama.

-¡¿Cómo te atreves a encañonar a mi hijo?!- gritó dándome otra bofetada aún más fuerte en el otro lado de la cara.

Esta vez, fui a dar al piso.

-Lo siento, pero no quería un muerto- respondí levantándome.

-¡Cállate!- gritó dándome un puñetazo en el ojo –Sabes que eres mi mejor asesina, pero no por eso vas a hacer lo que quieras- añadió.

Se giró dándome la espalda, para irse.

-Jacob vendrá por ti en la noche-

-¡Pero James!- dije con fastidio.

-Está infiltrado en la policía, y al parecer el mejor miembro ha regresado y harán una fiesta por él. Pero al estúpido de mi hijo se le ocurrió decir que tenía una linda esposa-

-Dile a Leah-

-Jacob no quiere que vaya Leah, así que iras tú-

-¿Tengo otra opción?- pregunté retóricamente

James salió de la mansión.

Me mire al espejo y tenía un moretón en la sien del lado derecho y en el lado izquierdo uno en el pómulo. ¿Se suponía que iba ir así a la fiesta? 

Suspiré, nunca podría alejar a Jacob de mí vida o no, al menos mientras James viviera.

Me avente a la cama y me quede dormida.

Amaba dormir porque así no tenía que estar consciente de la realidad, dormida no podía ponerme a recordar todo lo que había hecho. Dormida no tenía que matar, secuestrar, robar o agredir a nadie. Dormida no tenía que seguir órdenes de James.

*Blin Blin Blin Blin* -Sonaba mi celular en la sala.

Me levante de un saltó, corrí y conteste el teléfono.

-Kristen llegó por ti en media hora- dijo Jacob.

-Pero aún es temprano- me quejé.

-Son las siete de la noche- contesto y colgó.

¡Cuánto había dormido!

Fui al cuarto, abrí el closet y observe ¿Qué debía ponerme? ¿Elegante, normal, poco elegante?

Haber era una fiesta para el mejor policía, entonces debería ser algo elegante, pero no tanto. Algo formal.

Tome un vestido strapless negro, con un listo rosa debajo del busto. 

Me lo puse, me llegaba hasta media pierna ¡perfecto! Busque unas zapatillas y tome unas rosas –del mismo color del listón– tenían diecisiete centímetros de altura, lo cual significaba que podría caer en cualquier momento.

Tome un abrigo negro, que me llegaba hasta las rodillas y un bolso rosa.

 En mi bolso metí mi teléfono celular, un cuchillo y una pistola.

En una de las bolsas del abrigo coloque un cuchillo y en otra una pistola. En la compañía de Jacob todo, hasta el aletear de una mosca se volvía peligroso.

Camine al baño, abrí mis maquillajes, me puse corrector facial –donde según yo lo necesitaba– después trate de cubrir con base los moretones, lo único que logre fue hacerlos ver rosados.

En los ojos, coloque una sombra rosa –en el parpado móvil– y de la mitad hacia la sien, coloque sombra negra. Arriba puse sombra vainilla, y en el arco de la ceja coloque sombra brillante.

Para darle un poco de luz coloque sobra brillante en el lagrimal.

Delinee arriba y debajo de color negro –incluyendo la línea de agua–

Aplique mousse en mi cabellera y deje que se le formaran las ondas naturales.

-Te ves hermosa- Me gire rápidamente y tome una postura defensiva.

-Calma, soy yo- dijo Jacob riéndose como un tonto.

Instantáneamente relaje mi postura y le di la espalda a Jacob, para ir por mi bolsa.

-¿Ni un hola?- preguntó siguiéndome a la sala.

-Vámonos- conteste de mala gana.

-Préstame tu  mano- pidió.

-¿Para qué?- pregunté.

-Colocar esto- contesto enseñándome un anillo de bodas.

-¡Tengo suficiente con este!- grité levantando mi mano derecha, mostrándole el anillo que hace ya tanto tiempo me había dado James.

Pero no me lo había dado por buena persona, el anillo tenía integrado un chip, con el cual James sabía mi ubicación exacta aunque estuviera cincuenta metros bajo tierra.

Si me llegaba a quitar el anillo, el chip activaría una alarma y entonces James me buscaría, y tal vez, ya no tendría mañana.

Espero les guste. Lo actualizaré cuando tenga tiempo.

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Autora: Zitlali Nna-Star

NOTA: Queda prohibida la copia total o parcial de este fanfic sin permiso de la autora.