lunes, 18 de febrero de 2013

Capitulo 11: Análisis.





Las semanas pasaron, cada día, cada hora, cada minuto, cada segundo, cada instante me enamoraba más de Edward. Todo lo que pasaba con él era digno de ser recordado.

-Bella ¿hoy tampoco llegarás a casa?- preguntó René.

Dese hace cuatro meses que era novia de Edward, prefería quedarme en su casa, con él. Odiaba que Charlie se quisiera hacer el padre responsable y cariñoso que nunca fue. Según él se había dado cuenta que estaba haciendo mal y que estaba arrepentido pero que él estuviera arrepentido no cambiaba nada.
Había crecido sin un padre que me apoyara, que me ayudara a hacer las tareas, que me dijera que me quería, que me festejara mi cumpleaños, que se sentará a platicar conmigo, que me contarás cuentos para dormir. Y su arrepentimiento no curaba todos sus rechazos, así que era su turno de sufrir. 

-No lo sé- contesté mientras observaba el coctel de fruta que estaba enfrente de mí. El olor a fruta fresca me causo asco, tanto que tuve que salir corriendo al baño para vomitar.
-Bella ¿estás bien?- preguntó René tocando la puerta del baño.
-Sí- conteste enjuagándome la boca.

Salí del baño con mala cara, desde pequeña odiaba vomitar, esa sensación que me producía era terrible… era un desesperación que me sacaba de quicio.

-Bella llevas varios días vomitando, deberías ir al doctor- soltó Charlie.
-Aja- lo ignoré.

Aunque Charlie tenía razón, de hace a próximamente un par de semanas me daban mareos y nauseas constantemente. Tal vez si debería ir al doctor.

*Toc toc*- Edward había llegado por mí.

-Me voy- avisé tomando mi mochila del suelo.
Salí y como todas las mañanas los brazos de Edward me recibían, haciéndome sentir en el paraíso.
Subimos al Volvo y me llevó al instituto.
Él no estudiaba en el instituto, según estudiaba por internet. Pero ni él ni yo podíamos estar separados por mucho tiempo, así que él me llevaba y recogía del instituto.
Llegamos a la escuela donde la mayoría corría para los salones, pues ya era un poco tarde.

-¿Hoy vendrás?- pregunté.
-Claro- dijo con una sonrisa.
-Entonces hasta luego- me despedí.
Abrí la puerta del auto, pero la fuerte mano de Edward me detuvo.
-¿No me darás mi beso?- preguntó haciendo un lindo puchero.
Sonreí, me acerque planeando darle un sencillo y rápido beso de despedida, pero Edward no dejo de besarme hasta que me dio un ataque de risa.
-¿Por qué la risa?- preguntó.
-Porque me harás llegar tarde- le advertí.
El sonrío y yo baje.

Me era insoportable pasar siete horas sin él. Aunque al lado de Alice y Rosalie era más aceptable.

***

-Bella ¿cómo te fue esta mañana?- preguntó Carlisle al verme entrara la casa tomada de la mano de Edward.
-Bien gracias- conteste.
-¡Vengan a comer!- nos invitó Esme.
-Pasen chicos- dijo Carlisle haciendo un ademan para señalar pasáramos primero.
-Claro- contesto Edward jalándome ligeramente hacia el comedor.

Iba a sentarme en la silla que Edward mantenía esperándome, pero de pronto todo se movió y después oscureció.
Luego de lo que pareció un segundo, desperté, intente moverme pero unas manos me detuvieron. Abrí los ojos lentamente y me tope con la mirada preocupada de Edward. Seguí observando, estaba en su habitación, pero Alice y Esme estaban recargadas en el umbral de la puerta, mirando directamente a donde me encontraba. Carlisle estaba parado al lado de mí, entonces note estaba acostada en la cama de Edward. Todos con gesto preocupado.

-¿Qué paso?- pregunté en un susurró.
-Te desmayaste- contesto Edward dedicándome una sonrisa.
-¿Cómo te sientes?- preguntó Carlisle.
-Bien, un poco atontada pero bien- dije.
-¿Me permiten un momento con Bella?- preguntó Carlisle.

Alice y Esme asintieron y salieron de la habitación pero Edward no se movió ni un centímetro.

-Edward- dijo Carlisle.
-No pienso moverme de aquí- contesto Edward.
-Edward, fue solo un desmayo- le dije.
El negó con la cabeza.
-Por favor- pedí.
Edward me miro indeciso, pero se fue a un paso extremadamente lento.

-¿Qué sucede?- le pregunté a Carlisle cuando me asegure de que Edward se había ido.
-¿Te has sentido mal últimamente?- preguntó con tono de profesional.
-No… bueno he vomitado un poco- conteste tratando de recordar.
-¿Desde hace cuanto?-
-Un par de meses, creo-
-Bella necesito hacerte un par de análisis-
-¿Análisis?- pregunté sorprendida.
-Sí, lo más pronto posible-   
-Bien-
-¿Te importaría si te los hago en mi consultorio o prefieres el hospital?- preguntó.
-¡Su consultorio! ¡Odio los hospitales!-grité.
-Entonces vamos de una vez- dijo sonriendo y dándome la mano para que me parara.

Salimos de la habitación, en seguida Edward apareció.

-¿A dónde van?- preguntó abrazándome.
-A mi consultorio-
-¿Por qué? ¿Qué tiene? ¿Está bien?- preguntó Edward desesperado.
-Ed tranquilo solo son unos análisis- conteste.
-Voy con ustedes-

Nos fuimos en el Mercedes de Carlisle.  
El consultorio estaba en el mero centro de Forks. Era grande, más que un consultorio era una clínica. Carlisle le ordenó a Edward esperara afuera mientras me sacaban sangre.

 Lo actualizaré cuando tenga tiempo.
Si desean conocer mas de mis historias pidan unirse a mi grupo: Novelas del corazón
Colaboradoras: Andre y Maria.

2 comentarios: