martes, 19 de febrero de 2013

Capitulo 5: Esta noche no.



Entonces camine hacia Sam, quien era el encargado cuando Jacob no estaba.

-¿Cuál es su destino?- le pregunté fríamente.
-La muerte- contesto ligeramente, como si en lugar de estar hablando de matar personas, estuviéramos hablando de comida.
-Dame un arma- le ordené.

Entre las cosas buenas que había en que Jacob no estuviera, era que los chicos tenían que obedecerme.
Sam sacó un arma de su auto y me la dio.
Comencé a caminar hacia los policías, quienes permanecían en sus autos.

-¿Qué haces?- me preguntó confundido Seth.

Fui hacia la ventana del volvo que tenía el vidrio abajo y sin acercarme mucho para no darle oportunidad hacer cualquier cosa, alce la pistola y le apunte. Edward no mostraba miedo y me miraba directamente a los ojos, aunque llevaba puestas mis gafas.

-Dejen de seguirme, olvídense de mí, desaparezcan el caso Labios rojos- ordené con voz fría.
-¿Y si no que?- me retó.
-No lo sé, quizá Emmett o Jasper, ¡no! Mejor Alice, podrían pagar las consecuencias-
-La gente como tú solo amenazan- contesto sonriendo de lado.
-No me conoces, ni siquiera pudiste atraparme- dije con tono engreído -Ya estás advertido- añadí.

Antes de que dijera algo, inicie mi recorrido de regreso.
Entonces Sam alzo su pistola y le apunto a Edward quien había salido de su volvo para seguirme, y por lo consiguiente Carlisle salió para apoyarlo.

-Esta noche no- les ordené para que no mataran a los policías.

No estaba dentro de la lista de mis cosas favoritas el matar personas, y mucho menos a individuos que solo hacían su trabajo. Protegían a la sociedad de seres repugnables como James, como Jacob, incluso de seres como… yo.

-¡Pero sabes lo que pasara!- gritó Sam.

Claro que sabía lo que pasaría James se enfurecería y terminaría golpeándome como siempre. Pero la vida de dos humanos, valía la pena.

-Yo me hago responsable- conteste subiéndome en mi Jeep. Y saliendo disparada, una vez dentro de la ciudad busqué un hotel. No me gustaban los moteles, y tenía dinero para ir a un buen hotel, así que no habría problema.

Busqué un hotel que tuviera estacionamiento y varias entradas y salidas –solo por prevención– pero en caso de que me encontrara la policía no tenía más que una pistola para defenderme, le pediría ayuda a Sam pero él se lo contaría a James, así que decidí llamar a Seth.

-¿Seth?- pregunté cuando escuche que contestaron.
-¡Kristen! Prepárate Sam le contó a James que no quisiste que matáramos a los policías y que además te expusiste- contó rápidamente Seth.
-Y supongo que ahora mismo James viene hacia mí-
-Sí, ¡quítate ese maldito anillo!-
-No puedo Seth, no puedo-
-Vamos Kristen, no permitas que James te controle-
-Mira quien lo dice- conteste comenzando a ponerme de mal humor.
-¡Pero tú sabes que él tiene a mi mamá!- se quejó.
-Si Seth lo sé, pero tú llevas un anillo igual al mío y no te lo quitas-
-Porque me tiene acorralado junto con Leah, pero tú ¡eres libre!-
-¿Quién dijo que era libre?-

El solo hecho de recordar por qué obedecía órdenes de James, hacía que mi pecho doliera como si me hubiera golpeado contra algo.

-Bueno es que nadie sabe nada de ti, nunca hablas de ti. Solo Jacob y James te conocen en verdad-
-¿Sabes que Seth? Deja en paz ese tema, ¡es mi maldito problema si James me controla o no!- grité molesta.
-¡Pero te quiero y me preocupas!- gritó.
-Yo también te quiero Seth, pero deja de meter las narices en mis asuntos-

Entonces James entró a la habitación, me pregunte como había conseguido la llave, pero el dinero lo puede todo.

-¡Kristen!- gritó con los ojos saliéndose de sus orbitas, supuse por el enoje.
-Adiós Seth- me despedí.
-¡Kristen no dejes que te pegue!- escuche gritar a Seth, antes de que colgará.
-¡Maldita sea Kristen! ¡Sabes que no me gusta pegarte, pero siempre me desobedeces!- gritó dándome un puñetazo en el estomagó.

El golpe me sacó todo el aire y me quedó un dolor muy fuerte pero yo sabía que no era lo único que iba a recibir.

-¡¿Es que están difícil entenderme?! ¡Lo único que te pido es que sigas mis órdenes!- gritó, ahora golpeando mis costillas.

Me dolió tanto que tuve que encorvarme para soportar el dolor, pero James lo aprovecho y me dio una patada en el estomagó, como lo que caí al suelo.

-¡Y odio que me desobedezcan!- dijo dándome otra patada pero esta me dio en el rostro.
-¡Di algo!- gritó dándome una patada más en el estómago.
-¿Qué quieres que diga? Diga lo que diga te enojaras más- dije con el poco aliento que me quedaba.
-¡¿Lo ves?! ¡No puedes contestar bien!- dijo dándome otra patada, está vez me pego en la mejilla y realmente dolió.

Entonces escupí sangre. Pero eso no detuvo a James comenzó darme patadas una tras de otra. Lo único que hice en defensa fue ponerme en posición fetal y cubrirme con las manos. 
El dolor aumentaba cada vez más, pero no podía defenderme. Mi única opción era esperar a que se cansara.

-¿Cuántas veces más tendré que hacer esto?- me preguntó dejando de golpearme. Pero su voz se escuchaba lejanamente, como si estuviera a punto de dormirme y entonces el dolor fue desapareciendo y pronto todo se volvió negro.

Desperté toda adolorida, todo el cuerpo me dolía, el dolor mover el brazo me provocaba un dolor intenso.
Abrí los ojos, estaba en una habitación completamente blanca, la cámara era angosta y dura, estaba en una habitación de hospital. ¿Qué hacía ahí?
Estaba segura de dos cosas: La primera, James no me había traído. Y la segunda, quien fuera que lo haya hecho estaba en problemas.
La puerta se abrió y entro un preocupado Seth.
-¿Seth?- pregunté.
-¡Kristen! Despertaste-
-¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?-
-Tres días-
-¿Tú me trajiste?-
-Si-
-¿Cómo me encontraste?-
-Le pedí a Jacob tu dirección-
-¿Te la dio?-
-Sí, ya sabes solo hay en emborracharlo un poco- dijo sonriendo de oreja a oreja.
-¿Pero James?-
-No te preocupes por él-
-¿Qué hiciste Seth?-
-Yo nada, mi pistola le apunto- confesó.
-¡Estás loco! Seth, no hacía falta. ¡Mierda!-
-Tranquila, James no se molestó tanto, solo digo que tendríamos más trabajo-

Entonces entro un señor joven con una bata blanca, por lo que supuse era el doctor pero detrás de él entraron Edward y Carlisle.
¿Se habían dado cuenta que yo era la asesina que buscaban? ¿Venían a llevarme presa?

-Es ella- dijo el doctor.


Espero les guste. Lo actualizaré cuando tenga tiempo.
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NOTA: Queda prohibida la copia total o parcial de este fanfic sin permiso de la autora.

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