Después de observarme
por un par de minutos, Edward se acerco a mí y acaricio mi mejilla delicadamente.
-No te molesta lo que
paso, te molesta que no me conoces ¿cierto?- preguntó.
-Eso creo- respondí
tomando su mano.
-¿Fue el primer hombre
con el que estuviste?- preguntó con la curiosidad saltando de sus ojos.
-Sí- admití
ruborizada.
El esbozo una enorme y
encantadora sonrisa, acompañada de una luz en sus hermosos ojos avellana.
-Entonces eres mía,
solo mía-
¿Qué se supone debía
contestar? ¿Sí o no?
-No te conozco-
insistí.
-Eso lo podemos
cambiar- dijo tomando mi otra mano.
-Pero mientras tanto,
amigos- dije quitándole mis manos.
-¿Por qué?- preguntó.
-Paso por paso-
conteste.
-Anoche nos saltamos
muchos- dijo con una sonrisa picara.
*Toc toc*
-Edward necesito
hablar con Bella- dijo Carlisle entrando a la habitación.
Edward asintió se
levanto de la cama y salió.
-¿Cómo te sientes?-
preguntó Carlisle.
-Bien. Estoy muy
apenada por mi comportamiento, le pido una enorme disculpa-
Era lo menos que podía
hacer, pedir perdón por mi actitud.
-No te preocupes,
Bella, Alice me conto lo que paso. Quiero que me digas si Edward te obligo-
ordenó totalmente serio.
¡Alice! ¿Cómo pudo
haberle contado a sus padres?
Me ruborice ante el
comentario de Carlisle, pero también me enfade ¿Cómo creían a Edward capaz de
eso? Yo apenas lo conocía y sabía que él no sería capaz de obligarme a nada.
-No, no Edward no me
obligo- me apresure a decir.
-¿Segura?-
-Muy segura- conteste.
-Bella, cualquier cosa
nos dirás ¿cierto?-
-Claro- conteste
tímidamente.
-Entonces te dejo para
que descanses- dijo saliendo de la habitación.
Alice entro enseguida.
-¿Cómo pudiste Alice?-
pregunté con reproche.
-¿Qué?- se hizo la
tonta.
-¡Les contaste a tus
papás!- grité.
-Eso era lo correcto-
se justifico.
-Nos vemos el lunes-
me despedí tomando mi bolsa y cruzando la habitación.
-¿Iras a tu casa?-
preguntó cuando ya iba a bajar las escaleras.
-Si-
-Estará Charlie-
-Lo sé- Bajé las
escaleras y Edward estaba acostado en el sofá, Carlisle y Esme le decían algo,
pero en cuanto me vieron guardaron silencio.
-Disculpen las
molestias y mi comportamiento. Tengo que irme- avisé.
-¿Estarás bien?
Cariño- preguntó Esme.
-Si gracias-
-¿Quieres que te
llevé?- preguntó Edward.
-¡Edward!- le gritaron
sus padres.
-No gracias-
-Bella, si quieres yo
te llevó- propuso Alice bajando las escaleras y detrás de ella Rosalie.
-No, prefiero caminar-
-Pero te tardaras como
dos horas a pie- comentó Edward.
-No importa, así
llegaré cuando Charlie ya no esté- conteste encogiéndome de hombros.
-¿Charlie?- preguntó
Edward.
-Mi padre- O así se
hace llamar.
Como nadie dijo nada
mas, gire sobre mis talones y camine para la salida.
-Bella, insisto déjame
llevarte- Soltó Edward.
-No- conteste
cortante.
-Entonces te cargare-
termino de hablar se puso de pie, y camino hacia donde yo estaba, me cargo como
si fuera un bebé.
-Bájame- ordené.
-Edward- le reprendió
Carlisle.
Edward ignoro a todos
y me llevó hasta un Volvo plateado, me acomodo en el asiento, se subió y puso
en marcha el auto.
-¿Por qué quieres
llegar cuando Charlie no este?- preguntó.
-No concuerdo con él-
conteste cortante para que no preguntará mas sobre el tema.
-¿Amigos? ¿Solo eso?-
preguntó cambiando radicalmente de tema.
-Sí, solo eso-
-¿Y si te dijera que
te amo?- preguntó.
-Ya lo dijiste y aún
así solo amigos-
-¿Por dónde?-
preguntó.
El tiempo al lado de
Edward se me pasa como agua entre los dedos. No había notado que ya habíamos
llegado a la estación de tren.
-5 cuadras para
arriba- conteste.
Llegamos a mi casa,
donde por mala suerte estaba la patrulla de Charlie, eso significaba que no
había ido a pescar.
-¿Aquí?- preguntó.
-Si- conteste.
Edward estaciono el
coche, me baje y me despedí de él con un ademan.
Observe como se
alejaba en su Volvo, respire hondo y entre a mi casa.
-¡Llegue!- anuncie.
-¡Isabella! ¿Dónde
estuviste?- preguntó Charlie furioso.
-En casa de Rosalie,
como siempre- me apresuré a mentir.
-¡No es cierto! Hable
a casa de los Hale y dicen que no estaban hay- gritó Charlie.
-Bueno, estuve en casa
de Alice- conteste subiendo las escaleras para mi cuarto.
-¡¿A dónde vas?! ¡No
hemos terminado!- gritó Charlie.
-¡Ya Charlie! No te
queda el papel del buen padre, hasta después de 16 años te acuerdas de que
tienes una hija- grité azotando la puerta de mi recamara.
Lo actualizaré cuando tenga tiempo.
Si desean conocer mas de mis historias pidan unirse a mi grupo: Novelas del corazón
Autora: Zitlali Nna-Star
Colaboradoras: Andre y Maria.

woow geniaall.. es.. es hermosa thomer lucy
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