viernes, 1 de febrero de 2013

Capitulo 9: Amigos, solo eso.



Después de observarme por un par de minutos, Edward se acerco a mí y acaricio mi mejilla delicadamente.

-No te molesta lo que paso, te molesta que no me conoces ¿cierto?- preguntó.
-Eso creo- respondí tomando su mano.
-¿Fue el primer hombre con el que estuviste?- preguntó con la curiosidad saltando de sus ojos.
-Sí- admití ruborizada.
El esbozo una enorme y encantadora sonrisa, acompañada de una luz en sus hermosos ojos avellana.
-Entonces eres mía, solo mía-
¿Qué se supone debía contestar? ¿Sí o no?
-No te conozco- insistí.
-Eso lo podemos cambiar- dijo tomando mi otra mano.
-Pero mientras tanto, amigos- dije quitándole mis manos.
-¿Por qué?- preguntó.
-Paso por paso- conteste.
-Anoche nos saltamos muchos- dijo con una sonrisa picara.

*Toc toc*

-Edward necesito hablar con Bella- dijo Carlisle entrando a la habitación.
Edward asintió se levanto de la cama y salió.

-¿Cómo te sientes?- preguntó Carlisle.
-Bien. Estoy muy apenada por mi comportamiento, le pido una enorme disculpa-
Era lo menos que podía hacer, pedir perdón por mi actitud.
-No te preocupes, Bella, Alice me conto lo que paso. Quiero que me digas si Edward te obligo- ordenó totalmente serio.
¡Alice! ¿Cómo pudo haberle contado a sus padres?
Me ruborice ante el comentario de Carlisle, pero también me enfade ¿Cómo creían a Edward capaz de eso? Yo apenas lo conocía y sabía que él no sería capaz de obligarme a nada.
-No, no Edward no me obligo- me apresure a decir.
-¿Segura?-
-Muy segura- conteste.
-Bella, cualquier cosa nos dirás ¿cierto?-
-Claro- conteste tímidamente.
-Entonces te dejo para que descanses- dijo saliendo de la habitación.
Alice entro enseguida.
-¿Cómo pudiste Alice?- pregunté con reproche.
-¿Qué?- se hizo la tonta.
-¡Les contaste a tus papás!- grité.
-Eso era lo correcto- se justifico.
-Nos vemos el lunes- me despedí tomando mi bolsa y cruzando la habitación.
-¿Iras a tu casa?- preguntó cuando ya iba a bajar las escaleras.
-Si-
-Estará Charlie-
-Lo sé- Bajé las escaleras y Edward estaba acostado en el sofá, Carlisle y Esme le decían algo, pero en cuanto me vieron guardaron silencio.
-Disculpen las molestias y mi comportamiento. Tengo que irme- avisé.
-¿Estarás bien? Cariño- preguntó Esme.
-Si gracias-
-¿Quieres que te llevé?- preguntó Edward.
-¡Edward!- le gritaron sus padres.
-No gracias-
-Bella, si quieres yo te llevó- propuso Alice bajando las escaleras y detrás de ella Rosalie.
-No, prefiero caminar-
-Pero te tardaras como dos horas a pie- comentó Edward.
-No importa, así llegaré cuando Charlie ya no esté- conteste encogiéndome de hombros.
-¿Charlie?- preguntó Edward.
-Mi padre- O así se hace llamar.
Como nadie dijo nada mas, gire sobre mis talones y camine para la salida.

-Bella, insisto déjame llevarte- Soltó Edward.
-No- conteste cortante.
-Entonces te cargare- termino de hablar se puso de pie, y camino hacia donde yo estaba, me cargo como si fuera un bebé.
-Bájame- ordené.
-Edward- le reprendió Carlisle.

Edward ignoro a todos y me llevó hasta un Volvo plateado, me acomodo en el asiento, se subió y puso en marcha el auto.

-¿Por qué quieres llegar cuando Charlie no este?- preguntó.
-No concuerdo con él- conteste cortante para que no preguntará mas sobre el tema.
-¿Amigos? ¿Solo eso?- preguntó cambiando radicalmente de tema.
-Sí, solo eso-
-¿Y si te dijera que te amo?- preguntó.
-Ya lo dijiste y aún así solo amigos-
-¿Por dónde?- preguntó.

El tiempo al lado de Edward se me pasa como agua entre los dedos. No había notado que ya habíamos llegado a la estación de tren.

-5 cuadras para arriba- conteste.

Llegamos a mi casa, donde por mala suerte estaba la patrulla de Charlie, eso significaba que no había ido a pescar.

-¿Aquí?- preguntó.
-Si- conteste.

Edward estaciono el coche, me baje y me despedí de él con un ademan.
Observe como se alejaba en su Volvo, respire hondo y entre a mi casa.

-¡Llegue!- anuncie.
-¡Isabella! ¿Dónde estuviste?- preguntó Charlie furioso.
-En casa de Rosalie, como siempre- me apresuré a mentir.
-¡No es cierto! Hable a casa de los Hale y dicen que no estaban hay- gritó Charlie.
-Bueno, estuve en casa de Alice- conteste subiendo las escaleras para mi cuarto.
-¡¿A dónde vas?! ¡No hemos terminado!- gritó Charlie.
-¡Ya Charlie! No te queda el papel del buen padre, hasta después de 16 años te acuerdas de que tienes una hija- grité azotando la puerta de mi recamara.

 Lo actualizaré cuando tenga tiempo.
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Colaboradoras: Andre y Maria.

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