viernes, 1 de marzo de 2013

Capitulo 6: El primer beso.





-¡Kristen!- gritó Edward corriendo hacia mí.
-Hola- saludé tímidamente.
-Los dejaré- avisó el doctor saliendo de la habitación.
-Kristen, ¿Quién fue?- preguntó molesto Edward acariciando mi mejilla.
-Auchs- me quejé cuando su mano me tocó.
-¿Quién fue?- volvió a preguntar aún más molesto.
-¿De qué me hablas?-
-¿Fue Jacob? No tienes que protegerlo-
-No entiendo de que me hablas- conteste.
-Edward, déjame hablar con ella- le pidió Carlisle, separándolo de mi cama.
-Kristen ¿Quién te golpeo?- preguntó Carlisle.
-Oh, nadie. ¿Y qué hacen aquí?-
-Los doctores tienen la obligación de avisarle a la policía cuando hay sospechas de maltrato-
-Lamento decirles que se han equivocado, yo me caí de las escaleras- conteste fingiendo una sonrisa.
-¡Dime quien fue!- gritó Edward furioso, pasando su mano por sus hermosos cabellos dorados.
¿Por qué estaba tan enojado?
-Oigan, sé que tienen que hacer su trabajo pero ella está cansando, acaba de despertar. No la atosiguen- comentó Seth, dedicándome una sonrisa.
-¿Estás segura Kristen? Si fue Jacob, no tienes por qué temerle- dijo Carlisle.
-Les juro que no fue Jacob, me he caído por las escaleras de mí casa y Seth me ha traído- conteste con fingida tranquilidad.
-Muy bien, si recuerdas algo, como que alguien te empujo o algo así ya sabes dónde buscarnos- dijo Carlisle dándose la vuelta.
-Gracias- me limite a decir, mientras Edward y él se iban.
-Seth ¿Cuándo puedo irme?-

No me gustaban los hospitales, era terriblemente horroroso. Me hacían recordar aquel día en que todo mi mundo se volvió un caos, el día en que conocía a James. El día que él decidió yo sería una más de sus asesinos.
-Iré a preguntarle al doctor- avisó saliendo de la habitación.
Poco después regreso junto al doctor.
-Señorita Stewart puede retirarse, solo tiene que firmar aquí- dijo el doctor pasándome un par de hojas. Sin siquiera leer las firme rápidamente. Solo quería irme cuanto antes.
-Listo- dije devolviéndole las hojas -Gracias- añadí.

El doctor abandono la habitación y Seth me entrego mi ropa, para que pudiera cambiarme. Pero no estaba llena de sangre ni era la que llevaba ese día.

-¿De dónde la sacaste?-
-De la mansión Stewart, y antes que preguntes Jacob me abrió-

Otra de las cosas que odiaba Jacob y James es que tenían llave de todas las mansiones. Por eso yo había comprado un departamento, para tener mi privacidad.

-¿Quieres que llame a una enfermera?- preguntó.
-¿Para qué?- dije sentándome lentamente en la cama.
-Para que te ayude a vestirte-
-No, estoy bien, solo sal  un momento- pedí.
-Claro- contesto.

Me puse los vaqueros que me había llevado, pero muy lentamente, me dolía todo el cuerpo. Y tenía moretones por todas partes.
Era la primera vez que me pegaba así. Cuando me golpeaba no lo hacía tanto. Solo una vez cuando era pequeña pero no tanto como está.
Me puse la blusa manga larga azul, y mis tenis Nike azules y salí a paso tranquilo de la habitación.

-¿A dónde te llevó?- preguntó Seth.
-A mi departamento- pedí.
-¿Te cuesta caminar?-
-Me duele un poco- conteste.

Entonces sin previo aviso Seth me cargo como si fuera un frágil bebé, y aunque odiaba que me cargaran, esa vez se lo agradecí. Lo hacía con tanto cuidado que no me dolía tanto su contacto.
Al pasar por la sala de espera, me topé con la mirada ¿celosa? De Edward. Pero Seth ni siquiera lo noto.
Me llevó cargando hasta su auto. Y después me llevó a mi departamento donde me despedí de él. 
Me iba a acostar cuando el timbre sonó. De muy mala gana fui a abrir. ¡Y vaya sorpresa me lleve!

-¡Edward! ¿Cómo me encontraste? ¿Qué haces aquí? ¿Qué quieres?- pregunté confundida.
-¿No me invitas a pasar?- preguntó.

Voltee a ver como estaba mi departamento y había armas, cuchillos, cartuchos, navajas, pasamontañas por todos lados.

-Un momento- pedí, cerré la puerta y corrí como loca recogiendo todo y aventándolo debajo de mi cama. Tuve que soportar el intenso dolor que me provocaba moverme rápidamente.
Abrí la puerta y Edward se mostraba desconcertado.
-Pasa- lo invite.
-¿Quieres algo?- pregunté una vez que se sentó en el sofá.
-No, gracias. Debes descansar acabas de salir del hospital-
-No te preocupes solo son unos cuantos moretones. ¿A qué se debe tu visita?-
-Solo quiero que me digas ¿Quién te golpeo? Y no digas que te caíste porque esos golpes no son de una caída-
-Edward, en este mundo las cosas no son lo que parecen-
-¿Qué intentas decirme?-
-¡Nada! Mejor dime tú ¿Cómo conseguiste mi dirección?-
-Seguí al chico que te trajo-
-¿Y solo venías a seguirme acosando?- pregunté divertida.
-Mmm bueno, quería saber ¿Cómo estás? ¿Tienes lesiones graves?- contesto nervioso.
-No, solo moretones. No te preocupes. ¿Y tú? Te ves cansado-
-Es que hace tres días se metieron a la estación, y desde ese día montamos guardia por la noche. Pero yo de estúpido me ofrecí para cuidar está semana-
-¿Quieres descansar un rato?- pregunté.
-Sí, pero prefiero quedarme a platicar contigo- contesto con una hermosa sonrisa.
-Te propongo algo: Duermes un rato en mi cuarto y después platicamos un poco-

¿Qué acababa de hacer? ¿Lo había invitado a dormir? ¿Qué sucedía conmigo?

-Me encantaría quedarme lo suficiente para hacer eso, pero solo tengo treinta minutos- contesto con una sonrisa sexy y una mirada hermosa.

Entonces sentí un extraño impulso, el de besarlo. Era como si sus labios me llamarán.
Sacudí bruscamente la cabeza para deshacerme de esa idea.

-¿Tiene algo mi boca?- pregunto mientras sus labios se curvaban de una forma, tan sexy que no debería estar permitida.
-Sí, se ve muy besable- conteste. Acercándome a él.
-¿Quieres probar?- preguntó acordando la distancia que quedaba. Haciendo que nuestros labios se rozaran.

¿He? ¡¿Qué le había dicho?! ¡No, no, no! ¡¿Qué diablos me pasaba?!
Me separe bruscamente y me di la vuelta, sintiendo como mis mejillas se coloraban.

-Disculpa- dije avergonzada.
-¿Por qué?- preguntó poniéndose frente a mí.
-Por decir eso- dije bajando la mirada al suelo.
-Kristen mírame- pidió, lentamente alce la vista -No me ha molestado en lo absoluto, al contrario- añadió, mirándome a los ojos.

Acerco nuevamente, su rostro hacía. Pero yo no podía permitirme besarlo. Él era un maldito policía que andaba tras de una asesina, que curiosamente estaba a punto de besar.
Pero justo cuando me iba a apartar, me besó.
Y entonces fue como si algo despertara dentro de mí… Sabía que debía alejarme pero no podía separarme de él. Era como si estuviéramos hechos el uno para él otro.
Edward enredo sus brazos a mí alrededor con cuidado de no lastimarme, y yo posé mis manos sobre su cuello.

-Besas increíble- susurró para después volver a besarme.
-Edward, no- dije separándome de él, con bastante dificultad.

Espero les guste. Lo actualizaré cuando tenga tiempo.
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NOTA: Queda prohibida la copia total o parcial de este fanfic sin permiso de la autora.

2 comentarios:

  1. Hermoso y James Feo :P

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  2. Omg Jemes es un maldito que deberia morir como pudo pegarla y jaboc ni se diga es un bobo espero que kristen se de cuenta rapido y tarte de librarse de ellos

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