-Tienes dos cosas que hacer, primera
advertir a los Cullen que dejen de investigarte, porque para tu información lo
siguen haciendo. Y la segunda, acompañaras a Jacob a una fiesta-
¡Una fiesta con Jacob! Eso era…
¿Malo? ¿Bueno? A las fiestas que Jacob y sus amigos solían acudir eran de
mafiosos, por lo consiguiente había de todo…
La última fiesta de ese tipo a la que
había acudido había sido un caos.
-Jake quiero más- pedí.
Sin decir nada Jacob me dio otra pequeña bolsita, la destape y prepare su
contenido. Aquel polvo blanco era alucinante y combinado con una buena bebida
como la que tenía enfrente, era mejor que el paraíso.
-Kris deja eso- rogaba Seth.
-Déjala hacer lo que quiera- le reprendió Jacob, para después darme un
violento y rápido beso en los labios.
Volví con mi labor y deje que aquella deliciosa sustancia inundara mi cuerpo, junto con mi
exquisita bebida…
Pero entonces un fuerte dolor comenzó a apoderarse de mi estomagó
haciendo que me retorciera del dolor. Jacob –apenas consiente– me preguntaba si me encontraba bien, mientras
Seth en su total juicio trataba de calmarme. Al no poder me llevó al hospital
más cercano, donde perdí el conocimiento y al despertar estaba Seth, esperando
que reaccionara.
-¿Cómo estás?- preguntó.
-No sé, ¿Qué me paso?- dije en apenas un susurró.
-Tuviste una sobredosis- contesto mirándome severamente.
-Gracias…- solté acariciando su mejilla.
-¿De qué?- preguntó un tanto confundido.
-Por estar conmigo-
Ese día me di cuenta que no podía
seguir así. ¿Qué hubiera pasado con Marie si yo hubiera muerto? Y aunque mi
vida no era muy buena, decidí que desde ese momento trataría de mejorarla… y
dos años después aquí estoy, a punto de volver a ir a una de esas fiestas.
-¿Podemos omitir la segunda?-
pregunté segura de que la respuesta seria negativa.
-No, eso o Marie…-
-¡Esta bien!- grité alzando y bajando
rápidamente los brazos. -Pero no sé dónde viven, ni nada de eso- explique.
-Seth te traerá la información en
unos minutos-
-¿Qué tipo de advertencia debo dar a
los Cullen?- añadí.
-La que quieras, pero si no funciona
sabes lo que pasara- dijo mientras me empujaba y seguía con su camino.
Si no funcionaba alguno de ellos
morirían… él moriría…
Regrese a mi departamento y fue
entonces que me pregunte como James había entrado a mi departamento, pero
bueno, era James…
Aún eran las siete de la tarde, por
lo que decidí ir a visitar a los Cullen.
Fui a mi habitación, me puse unos
jeans negros, mis converse negros y una sudadera negra.
Entonces alguien toco el timbre.
Supuse que era Seth así que grite:
-¡Pasa, está abierto!-
-Hola- saludó Seth.
-¿Cómo has estado?- pregunté.
-Normal- contesto encogiéndose de
hombros.
-¿Tienes la información?- pregunté,
mientras buscaba mis guantes.
-Sí, toma-
-Déjalo en la mesita de la sala-
pedí.
Me puse mis guantes negros de piel,
tome una pistola y una navaja, está ultima la escondí en mi pie. Tome mi
pasamontañas y mis gafas. Salí de mi habitación, tome el sobre amarillo que
Seth había puesto en la mesita y leí la información. Su casa estaba en el
bosque… eso si era raro.
-¿Quieres que te acompañe?- preguntó
Seth, quien me espanto.
-Pensé que ya te habías ido- conteste
sonriendo.
-Pues ya ves que no- dijo riendo.
-Volviendo a tu pregunta, creo que
será mejor que vaya sola- dije intentando sonar dulce.
-Está bien, solo cuídate-
-Gracias, te quedas en tu casa- dije
saliendo de mi departamento.
Espere a que el portero trajera mi
auto y conduje a la mansión Stewart. Si la casa estaba en medio del bosque no
podría entrar con un auto o camioneta, y no entraría a pie.
Entonces visualice la otra mitad del
garaje –la parte a donde casi nunca iba– y ahí estaba mi hermosa moto Macchia Nera, la única que existía sobre la
tierra era mía.
Me trepe en ella y salí camino al
bosque.
Al llegar al bosque me di cuenta que
había un camino para autos, y me reí de mí.
Me adentre en el bosque y una vez que
pude ver la casa, deje mi moto en posición por si había que salir huyendo, me
puse el pasamontañas y las gafas. Camine ocultándome por los árboles, hasta que
ellos se acabaron. Visualice la enorme casa de tres pisos y lo complicado era
que la casa estaba construida de puro cristal. Solo tenía una posibilidad: el
garaje.
Corrí hasta él y para mi fortuna
estaba conectado a la casa por una puerta, la cual estaba abierta.
Entre sigilosamente y afortunadamente no había nadie a la vista. Repase el mapa –que
Seth me entrego– mentalmente y recordé que la habitación de Rosalie –la cual
era a la que me dirigía– estaba en el segundo piso. Subí las escaleras, tratando
de no hacer ruido, no había nadie en los pasillos así que entre a la habitación
de Rosalie. Observe y ella tampoco estaba.
¿No había nadie? Mi pregunta fue
contestada por varias carcajadas que provenían de otro cuarto.
Tome una libreta que había sobre la
cama y un lapicero que había a su lado, comencé a escribir rápidamente.
Rosalie sé que estás gradecida porque
te ayude a escapar, y por lo consiguiente me atrevo a pedirte un favor. A leja
a Emmett, Jasper, Carlisle y Edward de la investigación en mi contra, no lo
hagas por mí hazlo por ellos. Inventa cualquier…
No pude terminar de escribir pues
Rosalie entro y gritó al verme. Saque mi arma, le apunte y le ordené en un
susurró que cerrara la puerta, ella obedeció.
-¡¿Rose estas bien?!- gritaron desde
otra habitación.
-Di que sí- susurré.
-¡Sí!- Gritó Rosalie.
-¿Qué haces aquí?- preguntó temerosa.
-Tranquila, solo he venido a dejarte
esto- conteste entregándole la libreta abierta en la hoja en la que había
escrito.
-¿Y si no que?- preguntó. Baje mi
arma.
-Posiblemente tengan bajas- conteste.
-¿Bajas? ¿Te refieres a que mataras a
alguien?-
-Si me obligan tendré que hacerlo-
-Amor, ¿Con quién hablas?- preguntó
Emmett entrando a la habitación. Se quedó parado cuando me vio y la sonrisa que
llevaba se esfumo.
Rápidamente alce la pistola y dije
fríamente.
-Quítate de la puerta-
-¡Edward, Carlisle, Jasper!- gritó
Emmett sin mover ni un musculo.
Analice la habitación, buscando un
escape, solo encontré la ventada pero estaba en el segundo piso. Rápidamente
llegaron todos incluyendo las chicas.
Edward sacó una pistola y me apunto con ella.
Jale rápidamente a Rosalie y le apunte a la cabeza.
-Déjala- ordenó Emmett.
-Pensé que sería más difícil
atraparte, pero tu sola te has entregado- habló Edward.
-Cualquier movimiento y le disparo-
amenace, manteniendo mi voz tranquila -Tranquila no te hare daño- le susurré al
oído a Rosalie.
-Vamos a calmarnos- habló Carlisle.
-Quítense de la puerta- ordené.
Esme y Alice se quitaron junto con
Emmett. Pero Carlisle, Edward y Jasper no se movieron.
Le dispare al brazo de Emmett
calculando que la bala solo lo rosara, todos se giraron hacia él y se armó un
alboroto. Aproveche y salí corriendo de la habitación.
-¡Se escapa!- escuche gritar a Alice.
Salí por la puerta el garaje, pero
Edward se atravesó en mi camino.
-No te vas a librar de mí- amenazó.
-Eso piensas- reté.
Patee su arma y se le cayó de la
mano. Intento arremeter contra mí pero lo esquive y seguí corriendo, llegue a
mi moto, la encendí y salí a toda velocidad del bosque.
En estos casos agradecía tener una
moto deportiva.
Pero no podía llegar a la ciudad con
pasamontañas y gafas puestas. Al salir del bosque me quite las gafas, me
asegure de que no estuvieran cerca de mí y me quite el pasamontañas. Acelere
aún más hasta llegar a la mansión que James me había dado.
Deje la moto, entre, me puse unos
vaqueros, mis tenis rosas Nike y una blusa manga larga rosa. Salí rápidamente y
me subí a mi Audi deportivo 2013 negro.
Conduje velozmente hasta mi departamento, pero
no le di las llaves al portero –solo por precaución – entre al departamento,
avente mis guantes, las gafas, el pasamontañas y la pistola al sofá, camine
arrastrando los pies a mi habitación y me deje caer cómodamente en la cama.
Justo en el momento antes de dormirme
varias dudas asaltaron mi mente, amenazando con no dejarme dormir. ¿Qué hubiera
pasado si me hubieran capturado? ¿Si me hubieran descubierto? ¿Si Edward se
hubiera dado cuenta de quién soy? ¿Si hubiera tenido que lastimar a algunos de
ellos? ¿Qué pasaría si Edward me descubriera? Obviamente ya no querría que yo
fuera su novia, pero eso no importaría ¿cierto? Era guapo, sexy, inteligente,
caballeroso ¡y un maldito policía!
¿O acaso si me importaría que él
cambiara de parecer? ¡No! Simplemente tenía que cubrir mi identidad, como lo
hacía con todo mundo. Porque aunque me alegrara ver a Edward y me gustara su
compañía, yo nunca aceptaría ser su novia. Nunca.
Porque me importaba lo que le pasará
y justo para protegerlo tenía que alejarlo de mí. ¿Pero como alejar aquello a
lo que te aferras? ¿Cómo alejarlo si yo lo buscaba?
Espero les guste. Lo actualizaré cuando tenga tiempo.
PUEDEN DEJARME UN MENSAJE SIN ESTAR REGISTRADOS, para mi es muy importante su opinión Gracias.
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Autora: Zitlali Nna-Star
NOTA: Queda prohibida la copia total o parcial de este fanfic sin permiso de la autora.

dura la situacion... me encanto todo sigue asi... yaaaaaaaa basta Kristen se feliz deli a Edwar lo que ocurre y todo saldra mejor...
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