Pronto sentí que unos
fuertes brazos me levantaban, me acurruque en ellos. Todo había sido un sueño,
un mal sueño. En ese momento debería estar despertando a su lado, después de la
fiesta.
-Edward, tuve un sueño
muy raro-
-Duerme- contesto.
Estaba tan agotaba por
el sueño que decidí obedecerle.
-Bella, despierta
Jacob quiere verte- escuche decir a Emily mientras me movía delicadamente.
Un momento… ¿Cómo
Emily puede estar despertándome si solo fue parte de mi sueño? ¿Esto no era un
sueño?
Me senté como resorte
sobre la cámara y observe la habitación en la que me encontraba.
-Bella ¿Estás bien?-
preguntó Emily, me gire hacia ella y la mire.
-¿En dónde estamos?-
Pregunté.
-En la casa de Jacob…
¿Qué tienes?-
-¡¿Jacob?! ¡La niña!
¡El sueño! ¡La clase de ballet!-
grité parándome.
Emily salió corriendo
de la habitación y poco después entro Jacob, con una cara bastante rara.
-¿Bella?- preguntó con
precaución.
¡Dios no había sido un
sueño! Yo estaba embarazada de dos meses, me había ido de Forks, porque Edward
no me quería y Alice me había gritado, y yo no quería que Edward se enterara de
mi embarazo.
¿Pero qué había pasado
ayer? ¿Y Leah?
-¿Qué paso?- pregunté.
-Según lo que yo sé:
Alec te dejo sentada mientras esperabas a Leah, cuando llegamos por ustedes tú
estaba acostada en el suelo dormida con tus audífonos. Te intente despertar y
me llamaste Edward. Así que te cargue y te subí al auto, no parabas de decir
que todo había sido un mal sueño, una pesadilla. Cuando llegamos te volví a
cargar y te traje a tu habitación- Eso no pudo haber pasado, observe mi atuendo
y tenía puesta mi pijama me pregunte si… -Tranquila, Emily te puso la pijama.
¡Pero aun no te cuento lo mejor! Cuando estaba parándome de la cama, me jalaste
y dijiste algo de que no te volviera a dejar y me abrazaste. ¡Me besaste!
¡Pensé que me violarías!- dijo haciendo una mueca de miedo fingida y sonriendo.
-¡Oh mierda! Yo no
hice eso. No pude haber hecho eso. ¡Dios qué vergüenza!- grite tapándome la
cara con las manos, sentía que mis mejillas explotarían.
-¡Oh si, si lo
hiciste!- contesto burlándose.
-Qué pena- murmuré sin
descubrir mi rostro.
-¡Papi, papi, Bella
vamos a desayunar!- dijo entrando mientras daba pequeños saltitos a mi
habitación.
-Adelántate ya vamos-
contesto Jacob.
La pequeña se fue
feliz. Imagine que no siempre desayunaba con su padre. Mi bebé nunca
desayunaría con él suyo…
-¿Edward es tú novio?-
preguntó Jacob alzando una ceja.
-Era- corregí dándole
la espalda para que no pudiera notar las lágrimas que recorrían mi rostro de tan
solo recordarlo.
-Ven. Vamos a comer
algo- invitó.
-Ok, me arreglo y
bajo- conteste aún de espaldas.
-No tardes- escuche
que decía.
Cuando me asegure de
que se había ido me senté en la cama y trate de silenciar las lágrimas pero era
casi imposible, inhale y exhale más de cincuenta veces, y al final tuve que
tomar una ducha caliente para poder calmar el dolor dentro de mí. Después de
una hora me encontraba entrando al comedor.
-Vaya, si para ti eso
es no tardar ya me imagino que es tardarse- bromeó Jacob.
Bien, Jacob es
bipolar. Este Jacob no tenía nada que ver con él que me contrato ayer, o quizá
Emily tiene razón y solo está agitado por su trabajo.
-Y no conoces a Alice-
Mierda, deja de pensar en ellos.
-¿Alice es tú amiga?-
preguntó Leah, quien desayunaba con Jacob sentados en la pequeña pero lujosa
mesa del comedor. Me senté a un lado de Leah, enfrente de Jacob.
-Eso se suponía-
conteste.
Emily puso un plato
enfrente de mí con espinacas. ¡Dios! Su olor era repugnante, tanto que tuve que
correr al baño para vomitar.
-¡Isabella! ¿Estás
bien?- preguntó Jacob tocando la puerta del sanitario.
Me lave la boca y salí
tratando de sonreír.
-Sí, estoy bien- solo estoy embarazada.
-De verdad me
espantaste-
-Lo siento, es solo
que no me gustan las espinacas- traté de disculparme.
-Buen ejemplo para
Leah- contesta con una sonrisa irónica.
Se fue del sanitario
concediéndome unos minutos a solas, lo cual le agradecí. Me lave la cara, la
boca y las manos. Salí de mi habitación —la que ocupaba en la mansión de Jacob— y al parecer Jacob le
habita dicho de mis gustos a Emily pues el plato con espinacas había
sido remplazado por uno con fruta, una fruta que se veía deliciosamente jugosa.
Cuando era tan solo una niña
Soñaba con el mundo
Pero este estaba fuera de su alcance
Así que huía de su ilusión
Y soñaba con el para-para-paraíso
Para-para-paraíso
Para-para-paraíso
Cada vez que cerraba los ojos
Soñaba con el mundo
Pero este estaba fuera de su alcance
Así que huía de su ilusión
Y soñaba con el para-para-paraíso
Para-para-paraíso
Para-para-paraíso
Cada vez que cerraba los ojos
Sonó la melodía de mi
nuevo móvil. Un hecho bastante extraño ya que solo Josh tenía el número y yo le
había pedido, bueno, exigido que no se lo diera a nadie. Absolutamente nadie.
Tome el móvil y
conteste.
-¡Isabella Swan porque
le prohibiste darme tu número a Josh! ¡Soy tu amiga! ¡No puedes solo irte, no
puedes huir!- gritaba una muy molesta Rosalie.
-¡Bella lo siento,
ella me obligo!- escuche el grito de Josh al fondo.
-¡Tú cállate!-
contesto Rosalie.
-Rosalie, no huía,
simplemente no quiero volver a verlos y ellos viven ahí-
-¡Mientes! Pero en tal
caso ¿Porque no decirme a mí a donde ibas o darme tu numero?-
-Porque tú se lo
darías a Alice y ella a él-
En este punto todos
los presentes en la casa me veían curiosos y en espera que yo contara mi
historia, algo que no pensaba hacer.
-Rosalie, prometo
decirte donde estoy pero ahora tengo que colgar-
-¡Pero como está tu
be…!- corte la llamada.
No tenía intenciones
de que Jacob se enterara de mi embarazo, según lo que sabía era muy difícil que
las embarazadas consiguieran trabajo y no pensaba perder el mío por un ataque
de enojo de Rosalie. Quizá mañana o pasado le llamaría para contarle todo.
Leah termino el
desayuno y dijo que iba a arreglarse para ir de compras, con lo que yo me puse
más pálida que un vampiro.
Cuando Leah se retiró
de la mesa dando saltitos típicos de Alice, Jacob y yo ya habíamos terminado —también—
de desayunar, por alguna razón —que sospechaba— Jacob se me quedo viendo.
-¿Qué?- pregunté
irritada.
-¿Huyendo?- preguntó
sonriendo pero con real interés.
-No exactamente- dije
un poco cortante.
-¿Cuántos tienes?
¿Dieciséis, dieciocho o veinte?-dijo más serio y con un tono casi tan formal
como el que utilizo cuando me entrevisto.
-Dieciocho-
-¿No eres muy joven
para huir?
-¿Cuántos tienes?
¿Cuarenta?- pregunté con sarcasmo.
-Veinticinco- contesto
riendo, aunque yo no le encontraba la gracia –Emily tiene dinero para que
lleves a comprar a Leah, yo me retiro a trabajar- anunció poniéndose de pie.
¿En que se convertirá Jacob para Bella? ¿Edward se enterará del bebé?
Lo actualizaré cuando tenga tiempo. Pueden dejarme un mensajito sin estar registradas, es importante su opinion :D
Lo actualizaré cuando tenga tiempo. Pueden dejarme un mensajito sin estar registradas, es importante su opinion :D
Si desean conocer mas de mis historias pidan unirse a mi grupo: Novelas del corazón
Autora: Zitlali Nna-Star
Colaboradoras: Andre y Maria.

Disculpa, con el fondo que le pusiste no se ve bien lo que esta escrito. Gracias!
ResponderEliminarOk, lo tomaré en cuenta, gracias :D
EliminarGenial simplemente geanil pero Edwar debe de saber lo del bebe y por el amos a dios que Bella y Edwar se queden juntos..
ResponderEliminarPodrían quedarse junto y aún así ser infelices muajja muaja muaja muaja jajajjajaja :D
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