lunes, 26 de agosto de 2013

Capítulo 17: Llamada de Rosalie.



Pronto sentí que unos fuertes brazos me levantaban, me acurruque en ellos. Todo había sido un sueño, un mal sueño. En ese momento debería estar despertando a su lado, después de la fiesta.

-Edward, tuve un sueño muy raro-
-Duerme- contesto.

Estaba tan agotaba por el sueño que decidí obedecerle.

-Bella, despierta Jacob quiere verte- escuche decir a Emily mientras me movía delicadamente.

Un momento… ¿Cómo Emily puede estar despertándome si solo fue parte de mi sueño? ¿Esto no era un sueño?
Me senté como resorte sobre la cámara y observe la habitación en la que me encontraba.

-Bella ¿Estás bien?- preguntó Emily, me gire hacia ella y la mire.
-¿En dónde estamos?- Pregunté.
-En la casa de Jacob… ¿Qué tienes?-
-¡¿Jacob?! ¡La niña! ¡El sueño! ¡La clase de ballet!- grité parándome.

Emily salió corriendo de la habitación y poco después entro Jacob, con una cara bastante rara.

-¿Bella?- preguntó con precaución.

¡Dios no había sido un sueño! Yo estaba embarazada de dos meses, me había ido de Forks, porque Edward no me quería y Alice me había gritado, y yo no quería que Edward se enterara de mi embarazo.
¿Pero qué había pasado ayer? ¿Y Leah?

-¿Qué paso?- pregunté.
-Según lo que yo sé: Alec te dejo sentada mientras esperabas a Leah, cuando llegamos por ustedes tú estaba acostada en el suelo dormida con tus audífonos. Te intente despertar y me llamaste Edward. Así que te cargue y te subí al auto, no parabas de decir que todo había sido un mal sueño, una pesadilla. Cuando llegamos te volví a cargar y te traje a tu habitación- Eso no pudo haber pasado, observe mi atuendo y tenía puesta mi pijama me pregunte si… -Tranquila, Emily te puso la pijama. ¡Pero aun no te cuento lo mejor! Cuando estaba parándome de la cama, me jalaste y dijiste algo de que no te volviera a dejar y me abrazaste. ¡Me besaste! ¡Pensé que me violarías!- dijo haciendo una mueca de miedo fingida y sonriendo.
-¡Oh mierda! Yo no hice eso. No pude haber hecho eso. ¡Dios qué vergüenza!- grite tapándome la cara con las manos, sentía que mis mejillas explotarían.
-¡Oh si, si lo hiciste!- contesto burlándose.
-Qué pena- murmuré sin descubrir mi rostro.
-¡Papi, papi, Bella vamos a desayunar!- dijo entrando mientras daba pequeños saltitos a mi habitación.
-Adelántate ya vamos- contesto Jacob.

La pequeña se fue feliz. Imagine que no siempre desayunaba con su padre. Mi bebé nunca desayunaría con él suyo…

-¿Edward es tú novio?- preguntó Jacob alzando una ceja.
-Era- corregí dándole la espalda para que no pudiera notar las lágrimas que recorrían mi rostro de tan solo recordarlo.
-Ven. Vamos a comer algo- invitó.
-Ok, me arreglo y bajo- conteste aún de espaldas.
-No tardes- escuche que decía.

Cuando me asegure de que se había ido me senté en la cama y trate de silenciar las lágrimas pero era casi imposible, inhale y exhale más de cincuenta veces, y al final tuve que tomar una ducha caliente para poder calmar el dolor dentro de mí. Después de una hora me encontraba entrando al comedor.

-Vaya, si para ti eso es no tardar ya me imagino que es tardarse- bromeó Jacob.

Bien, Jacob es bipolar. Este Jacob no tenía nada que ver con él que me contrato ayer, o quizá Emily tiene razón y solo está agitado por su trabajo.

-Y no conoces a Alice- Mierda, deja de pensar en ellos.
-¿Alice es tú amiga?- preguntó Leah, quien desayunaba con Jacob sentados en la pequeña pero lujosa mesa del comedor. Me senté a un lado de Leah, enfrente de Jacob.
-Eso se suponía- conteste.

Emily puso un plato enfrente de mí con espinacas. ¡Dios! Su olor era repugnante, tanto que tuve que correr al baño para vomitar.

-¡Isabella! ¿Estás bien?- preguntó Jacob tocando la puerta del sanitario.

Me lave la boca y salí tratando de sonreír.

-Sí, estoy bien- solo estoy embarazada.
-De verdad me espantaste-
-Lo siento, es solo que no me gustan las espinacas- traté de disculparme.
-Buen ejemplo para Leah- contesta con una sonrisa irónica.

Se fue del sanitario concediéndome unos minutos a solas, lo cual le agradecí. Me lave la cara, la boca y las manos. Salí de mi habitación —la que ocupaba en la mansión de Jacob— y al parecer Jacob le habita dicho de mis gustos  a Emily pues el plato con espinacas había sido remplazado por uno con fruta, una fruta que se veía deliciosamente jugosa.

Cuando era tan solo una niña
Soñaba con el mundo
Pero este estaba fuera de su alcance
Así que huía de su ilusión
Y soñaba con el para-para-paraíso
Para-para-paraíso
Para-para-paraíso
Cada vez que cerraba los ojos



Sonó la melodía de mi nuevo móvil. Un hecho bastante extraño ya que solo Josh tenía el número y yo le había pedido, bueno, exigido que no se lo diera a nadie. Absolutamente nadie.
Tome el móvil y conteste.

-¡Isabella Swan porque le prohibiste darme tu número a Josh! ¡Soy tu amiga! ¡No puedes solo irte, no puedes huir!- gritaba una muy molesta Rosalie.
-¡Bella lo siento, ella me obligo!- escuche el grito de Josh al fondo.
-¡Tú cállate!- contesto Rosalie.
-Rosalie, no huía, simplemente no quiero volver a verlos y ellos viven ahí-
-¡Mientes! Pero en tal caso ¿Porque no decirme a mí a donde ibas o darme tu numero?-
-Porque tú se lo darías a Alice y ella a él-

En este punto todos los presentes en la casa me veían curiosos y en espera que yo contara mi historia, algo que no pensaba hacer.

-Rosalie, prometo decirte donde estoy pero ahora tengo que colgar-
-¡Pero como está tu be…!- corte la llamada.

No tenía intenciones de que Jacob se enterara de mi embarazo, según lo que sabía era muy difícil que las embarazadas consiguieran trabajo y no pensaba perder el mío por un ataque de enojo de Rosalie. Quizá mañana o pasado le llamaría para contarle todo.
Leah termino el desayuno y dijo que iba a arreglarse para ir de compras, con lo que yo me puse más pálida que un vampiro.
Cuando Leah se retiró de la mesa dando saltitos típicos de Alice, Jacob y yo ya habíamos terminado —también— de desayunar, por alguna razón —que sospechaba— Jacob se me quedo viendo.

-¿Qué?- pregunté irritada.
-¿Huyendo?- preguntó sonriendo pero con real interés.
-No exactamente- dije un poco cortante.
-¿Cuántos tienes? ¿Dieciséis, dieciocho o veinte?-dijo más serio y con un tono casi tan formal como el que utilizo cuando me entrevisto.
-Dieciocho-
-¿No eres muy joven para huir?
-¿Cuántos tienes? ¿Cuarenta?- pregunté con sarcasmo.

-Veinticinco- contesto riendo, aunque yo no le encontraba la gracia –Emily tiene dinero para que lleves a comprar a Leah, yo me retiro a trabajar- anunció poniéndose de pie.

¿En que se convertirá Jacob para Bella?  ¿Edward se enterará del bebé?
Lo actualizaré cuando tenga tiempo. Pueden dejarme un mensajito sin estar registradas, es importante su opinion :D
Si desean conocer mas de mis historias pidan unirse a mi grupo: Novelas del corazón
Colaboradoras: Andre y Maria.

4 comentarios:

  1. Disculpa, con el fondo que le pusiste no se ve bien lo que esta escrito. Gracias!

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  2. Genial simplemente geanil pero Edwar debe de saber lo del bebe y por el amos a dios que Bella y Edwar se queden juntos..

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  3. Podrían quedarse junto y aún así ser infelices muajja muaja muaja muaja jajajjajaja :D

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