Al escuchar sus palabras tan
decididas, termine de aceptar lo que ya sabía, no era lo suficientemente buena
para él. Entonces tome una decisión, le diría la verdad, bueno no se la diría
pero me encargaría de que la supiera, él se merecía saberla.
Me partía el corazón porque sabía que
cuando él se enterara me odiaría, pero lo merecía y lo aceptaría.
Sentí una lágrima resbalar por mi mejilla,
la limpie y me gire para darle la cara a Edward.
-Te amo- volvió a decir.
Lo abrace con todas mis fuerzas,
sería la última vez que estaría tan cerca de él, la última vez que podría
tocarlo, la última vez que podría aspirar su elegante aroma.
-Dile a Rosalie que está bien, que
quiero que te lo diga y que agradezco su silencio- susurré a su oído.
Le di un beso en la mejilla y me fui
con el alma rota en mil pedazos —si es que tengo alma—.
Corrí hasta mi departamento pues no
había llevado dinero para tomar un taxi. Escribí una breve nota a Edward,
busque dinero, mis papeles y tome un taxi al aeropuerto.
En el trayecto decidí avisarle a
James que me iría a Alaska.
-James, saldré del país- dije
rápidamente.
-¿Con permiso de?-
-Es una urgencia, tengo que colgar te
llamo luego- le pague al taxista y salí corriendo a comprar el primer vuelo a
Alaska que era dentro de diez minutos.
Me senté a esperar, pero los nervios
no me dejaban. Edward debía odiarme, la asesina que había intentado matarlo
estuvo siempre frente a sus narices y no lo noto.
Te amo –su voz
sonó en mi mente. Ya no lo hacía más, estaba segura ahora lo único que quería
era hallarme y meterme a la cárcel sino es que matar. Cualquiera de los que
fueran sus sentimientos los entendía, yo misma me odia, odiaba el monstruo que
era.
Comenzaron a llamar para abordar mi
vuelo. Me levante rápidamente y me forme en la pequeña fila. Llegué con el
guardia que revisaba los boletos.
-Tenemos un aviso urgente, se presume
que la asesina de Forks es conocida como Kristen Stewart, en la pantalla está
una foto de ella, es de suma importancia que sea encontrada si tiene
información no dude en llamar a la policía…- me giré hacia la pantalla y ahí
esta una foto mía cubriendo todas las pantallas, trate de calmarme y volví a
mirar al guardia.
-¿Me permite una identificación?-
preguntó.
-Claro- Hice como que buscaba en mi
bolso.
Se había dado cuenta, yo había
viajado demasiadas veces en avión y no te pedían identificación cuando lo iba a
abordar, observe disimuladamente y note que el guardia tenía una pistola en la
pierna. Suspiré molesta. Me moví lo más rápido que pude y le quite el arma.
-Devuélvamela- ordenó con voz
temblorosa el guardia –Por si no lo ha notado hay cámaras de seguridad no tarda
en llegar la policía-.
Me gire y me eche a correr hacia la
salida pero un montón de patrullas se estacionaron enfrente.Saque rápidamente
mi celular.
-¿Seth?-
-¿Kris? ¿Ya viste las noticias?
¡Saben tu identidad!- gritó asustado.
-Si ya lo sé, necesito un favor-
-Lo que quieras-
-Lleva una de mis motos cerca de la
estación de policías y déjala ahí, lista para arrancar-
-¿Qué vas a hacer? ¿Te agarraron?-
-Aún no. Pero debo colgar-
Corrí hacia los sanitarios según
sabia tenía otra salida. Me asome pero también habían policías.
-Kristen Stewart está rodeada, salga
con las manos en donde se le puedan ver- escuche que decían con un megáfono.
Camine lentamente hacia la entrada
principal mientras intentaba trazar un plan de escape temporal.
Al verme todos me apuntaron, era algo
así como una escena de película, pero mi compostura se fue al carajo cuando vi
a los Cullen —corrección, cuando vi a Edward— observándome con dolor.
Aparte rápidamente mi vista de él
antes de que muestras miraras se encontraran… no podría soportarlo.
-Suelte el arma- dijo el policía
ahora sin el megáfono.
Avente el arma a los pies del policía
que estaba hablando.
Uno de ellos se acercó para ponerme
las esposas, y ¿ahora como rayos iba a llevar acabo mis planes?
Vi acercarse a Rosalie.
-No se las pongan- ordenó.
-Gracias- conteste en un susurró.
-Te lo debo- dijo fríamente.
Me escoltaron hasta una patrulla que
me llevaría a la estación de policías. Edward iba a conducir, Rosalie a mi lado
y Emmett en el lugar del copiloto.
Edward…
En ningún momento me dirigieron la
palabra ni siquiera me miraron. Listo. Estaba hecho ahora Edward me odiaba y
los demás Cullen también.
Una lágrima se resbalo por mi mejilla
y la seque rápidamente. No debía llorar, no podía llorar.
Llegamos a la estación de policía y vi
mi Moto MacchiaNera, sonreí no iría a
la cárcel antes de haber arreglado ese asunto. En cuanto Edward paro abrí la
puerta y corrí a mi moto.
-¡Lo siento
tengo que hacer algo antes!- grité.
-¡Para!¡Te
voy a disparar!- gritó Emmett.
Salí a toda
velocidad a casa de James.
La patrulla
que Edward manejaba me iba persiguiendo por toda la ciudad así que di algunas
vueltas innecesarias hasta perderlos. Llegue a la casa de James y toque desesperadamente, cuando James abrió lo
empuje para que entrara, entre, cerré la puerta y le apunte con mi pistola.
-¿Qué diablos tienes?- preguntó James
molesto.
-¿Dónde está?- pregunté retándolo con
la mirada.
-¿Quién?-
-¡Marie!- grité.
-No te lo diré-
-Entonces te disparare-
-No lo harás-
-¿Qué no lo haré? ¡Me entrenaste para
matar! Fui entrenada para atacar por la espalda, cuando él enemigo está débil,
me enseñaste a matar a sangre fría ¿Y crees que no te disparare? He matado a
personas que no conocía, quienes no lo merecían, ¡Tú lo mereces! ¿Por qué no
hacerlo?- le grité escupiendo en cada palabra el odio que hasta ese momento
había permanecido dominado.
-Tranquila, no hay porque alterarse-
-¡¿Dónde está?!... Uno…Dos-
-Está aquí, en Forks-
-¿Donde?-
-En el Instituto-
Lo observe por última vez y le
dispare a la cabeza. Al fin, lo había hecho. Lo había matado como se lo
merecía: a sangre fría.
Abrí la puerta de la casa, me subí en
mi moto y maneje lo más rápido que podía en la moto —lo cual era bastante—.
Después de todos estos años, al fin
podría liberar a mi pequeña hermana de las garras de James.
Llegue al Instituto de Forks, pero no
tenía ni idea del nombre falso que debió darle James. Afortunadamente estaban
en la hora del almuerzo, camine hasta la cafetería con las miradas sobre mí,
creo que me veía demasiado grande como para ser alguna nueva estudiante.
Observe de reojo toda la cafetería
buscando a Marie.
-¡Isa!-
escuche gritar detrás de mí.
-¡Marie!- conteste girándome a
abrazar a mi hermana.
Después de abrazarnos algunos minutos
le pedí me siguiera sin preguntar nada.
Estamos tan cerca del final!!!! ¿Cómo creen que terminará todo esto? ¿Un final feliz?
PUEDEN DEJARME UN MENSAJE SIN ESTAR REGISTRADOS, para mi es muy importante su opinión Gracias.
Si desean conocer mas de mis historias pidan unirse a mi grupo: Novelas del corazón
Autora: Zitlali Nna-Star
NOTA: Queda prohibida la copia total o parcial de este fanfic sin permiso de la autora.
continua porfavor es hermosa
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