viernes, 29 de noviembre de 2013

Capítulo 20: La verdad



Había encontrado a Kristen llorando desconsoladamente en la acera, aquella escena me había roto el corazón. ¿Quién podía hacerle daño a alguien como ella?
Le pedí que me dejara llevarla a casa, les demostraría a todos que ella había regresado, que todo este tiempo yo había tenido razón, ella regresaría, ella no me podía dejar.
En el trayecto note que iba ausente pero trate de no darle importancia, tal vez era el motivo por el cual lloraba, pero no me lo quería decir.

-Te amo-  solté.

Lo que me helo la sangre fue que solo asintió fríamente, al menos volteó a verme.
Cuando llegamos a mi casa todos se alegraron tanto que temí que su efusividad espantara a Kris.

-¡Me alegro tanto que estés aquí! Edward se había vuelto un amargado- comentó Emmett, por lo que lo fulmine con la mirada.
-Gracias Emmett pero por favor bájame- pidió Kristen claramente incomoda.
-Emmett le harás daño- dijo preocupada Esme.

Mientras Kristen se acomodaba la ropa note la vista fija de Carlisle en la cintura descubierta de Kris, lo cual me molesto, pero entonces note que tenía un tatuaje. Iba a examinarlo pero Kristen lo tapo.

-¡Kristen!- gritó Alice abrazándola.
-Alice- contesto Kris en un tono que no identifique.
-Rosalie ven a saludar a Kristen- oí que decía Emmett emocionado.

Seguí la mirada de Emmett y me encontré con la furiosa Rosalie.  Me observo de reojo y salió corriendo escaleras arriba.
¿Qué le pasa? ¿Por qué se comporta así?

-Discúlpala por favor, no sé qué le pasa- pidió Esme.
-¿Puedo ir a hablar con ella?- preguntó Kristen, no, suplico Kristen.
-Claro ve- contesto Carlisle.

Kris subió lentamente y con sumo cuidado las escaleras hasta perderse de nuestra vista.

-¿Qué le dio a Rosalie?- le pregunté a Emmett.
-No sé-
-Rosalie yo no quería, te lo jur…- escuché decir a Kristen.
-¡No jures!- gritó una muy enfadada Rosalie, seguida de un golpe.

Todos subimos corriendo a la habitación de Rosalie, aunque Emmett llegó primero.
Entonces la puerta se abrió y Emmett entro corriendo.

-¡Ey chicas, tranquilas!- escuche decir a Emmett.

Lo primero que hice fue abrazar a Kris pero note que tenía una mejilla roja. ¡Rosalie se había atrevido a tocarla!
-¡Rosalie le pegaste!-
-Ella se lo gano- contesto Rosalie.
-Rosalie que descortés de tu parte- la reprendió Esme.
-Ha sido mi culpa, tengo que irme- dijo Kristen.
-No, no dejaré que te vayas por culpa de Rosalie- conteste.
-¡Déjala que se vaya, nos haría un favor!- gritó Rosalie.
-Basta Rosalie- dijo Carlisle calmadamente.
-No peleen por mí, ya he hecho suficiente– pidió Kristen, mirando fijamente a Rosalie.

Kristen salió rápidamente de la habitación y yo salí tras ella.

-Por favor no me dejes, no otra vez- suplique recordando los últimos veinticuatro meses sin ella.
-Edward es lo mejor, quizá ahora no lo entiendas, pero lo harás-  contesto con severidad dándome la espalda
-Quiero entender, explícame- solté.

Nos quedamos en silencio por varios minutos hasta que ella decidió volverse hacia mí. Pude notar que contenía las lágrimas pero ¿por qué? ¿No regreso para quedarse? ¿Entonces?
Ella se quedaría y sería felices juntos, tendríamos una hermosa hija y yo le diría siempre cuanto la amaba. Y podía empezar por ahí.

-Te amo- le dije.
Más lagrimas se escaparon de sus ojos, entonces se me aventó y me abrazo, me abrazó demasiado fuerte como si quisiera retenerme, pero yo no me iría.

-Dile a Rosalie que está bien, que quiero que te lo diga y que agradezco su silencio- susurro con dolor-

Me dio un delicado beso en la mejilla y salió corriendo.
¿A qué se refería? ¿Qué sabia Rosalie? ¿Acaso Kristen me había vuelto a dejar?...
Subí corriendo a la habitación de Rosalie.

-Dímelo- ordené.
-¿Qué?- preguntó malhumorada Rosalie.
-Kristen dijo que me lo dijeras y que agradecía tu silencio- conteste con temor.
-Rosalie vamos díselo- la animo Carlisle.
-Carlisle ¿tú sabes de que habla?- preguntó Esme.
-Lo descubrí hace unos minutos-
-¡Hablen!- grité desesperado.
-Ella… Kristen… es… la asesina que has estado buscando- soltó Rosalie.

El silencio reino en toda la casa, juro que podía oír el cantar de las aves de los alrededores. Observe a Rosalie, es como si lo que acabará de decir estuviera en un idioma que yo no era capaz de descifrar, no entendía lo que ella acababa de decirme. Simplemente me hablaba en otro lenguaje que yo no era capaz de comprender.

-¿Me escuchaste?- preguntó Rosalie.
-Sí, pero no te entiendo- conteste retrocediendo hasta pegarme en la pared, como si Rosalie tuviera algún virus contagioso.
-¡Kristen es una asesina! ¡Es la asesina que me secuestro y ayudo a escapar, es la asesina que me salvo en el club aquella noche, es la asesina que regreso para matarte!- gritó.

Sus palabras fueron como miles de golpes en el mismo lugar —en el corazón—, al mismo tiempo y una más fuerte que el otro.
Es la asesina que regreso para matarte.
Es la asesina que regreso para matarte.
Es la asesina que regreso para matarte.
Es la asesina que regreso para matarte.
Es la asesina que regreso para matarte.
Es la asesina que regreso para matarte.
Es la asesina que regreso para matarte.
Es la asesina que regreso para matarte.
Es la asesina que regreso para matarte.
Es la asesina que regreso para matarte.
Es la asesina que regreso para matarte.
Es la asesina que regreso para matarte.
Es la asesina que regreso para matarte.
Es la asesina que regreso para matarte.
Es la asesina que regreso para matarte.

-¿Edward estás bien?- escuche decir a Jasper.
-Tenemos un criminal que atrapar- conteste saliendo de la habitación.
-Avisen a todos los aeropuertos, centrales de autobuses, noticieros de la identidad de tan peligrosa asesina- ordené preparándome para salir en su búsqueda.

Sentí una mano sobre mi hombro.

-¿Estás seguro?- preguntó Carlisle.
-¿Por qué no habré de estarlo?-

Condujimos a toda velocidad hasta el departamento de Kristen, tocamos pero nadie abrió, abrí la puerta de una patada y todo estaba hecho un caos, pero sobre una mesita había un pedazo de papel con mi nombre, lo tome y comencé a leer:

Sé que ahora debes odiarme y no te culpo, solo te pido me perdones, te juro que si yo hubiera podido elegir mi estilo de vida, no hubiera elegido esté, pero lo hecho, hecho está no puedo cambiar el pasado y no sabes cómo desearía poder hacer.
Gracias por darme tu corazón aún cuando yo no lo merecía.
Al único hombre que he querido.
Isa.

Guarde aquella nota en mi bolsillo, justo entonces mi móvil sonó…






Narrado por Isabella Swan.
Estacionada con Mónica frente a la estación de policías me arme de valor.

-Marie, no platiques nada de nuestro pasada, nada, y da tu identidad falsa-
-Está bien pero ¿por qué lo dices así? Si mataste a James ya nada nos impide estar juntas- Oh mi pequeña…
-Querida solo obedéceme- conteste tomando su  mano y entrando a la estación de policías.

Entre a la oficina de Carlisle sin ni siquiera tocar, o avisarle a su secretaria. Carlisle tardó bastante en alzar la vista pero cuando lo hizo pude ver la confusión marcada en su rostro.

-Kristen…- fue lo único que pronunció.
-Dije que tenía algo que hacer antes, lo he hecho, todo está listo así que he regresado. Solo  te pido que cuides a Mónica, por favor. Cuídala como yo no supe hacerlo- roge.
-¿Cómo sé que esto no es una trampa?- preguntó caminando hacia nosotras.
-No jugaría con Mónica, ni siquiera de broma-

Sentí como Marie apretaba mi mano.

-Bien, yo me encargare de que este a salvo- dijo tomando la mano de Marie y jalándola hacia él con precaución.
-Por favor no permitas que nada le pase-

***

-Kristen tienes que decirnos tu verdadero nombre- repitió Carlisle.

Ahí estaba yo, en una sala de interrogación enfrente de Carlisle, observando cada uno de sus movimientos en silencio.

-¿No dirás nada?- preguntó.
-Nada de lo que deseas saber- conteste.
-¿Por qué?-
-No tengo tal derecho-
-Bien, solo recuerda que podría restarte años-
-¿Qué? Una cadena perpetua quizá… pero aun así me pudriré hay adentro-

Carlisle suspiro y salió, dejándome sola, luchando por contener las lágrimas, luchando por pensar que todo esto era una pesadilla y que pronto mi madre vendría a despertarme.

***
La juez dictó la sentencia, ni siquiera me moleste en oírla ¿para qué? Simplemente sabía que nunca saldría de ahí.
Sin pensarlo me gire hacia la parte donde se encontraban Edward y los demás Cullen, para mi sorpresa Edward me sonríe débilmente. ¿Cómo puede sonreírme? ¿Acababa de testificar en mi contra y me sonríe? Quizá eso lo hacía feliz, saber que una asesina al fin tendrá lo que se merece.
Pero su sonrisa no reflejaba felicidad, simplemente tiene amor, amor puro impregnado en ella. Eso fue demasiado para mí, atravesé toda la estancia esquivando a todos aquellos que intentaban agarrarme, no sé como pero llegué hasta los brazos de Edward. Tuve miedo de que me rechazará pero no lo hizo, me abrazo para después besarme. Besarme como nunca antes.
Los murmullos comienzan a oírse cada vez más alto.

-¡Orden, orden!- grita la juez.
-Te amo- susurró Edward.

Segundos después llegaron varios policías y me sometieron obligándome a caminar hacia la puerta de salida. Me trasladaron a una cárcel de alta seguridad.
Me guiaron a la que sería mi celda y cuando la cerraron comprendí todo, como por arte de magia.

Mi vida no habría sido nada, no habría tenido sentido si Edward no hubiera aparecido, todos aquellos momentos que pase junto a él serian mi consuelo en este frío y tenebroso lugar.  Y ahora después de tanto, después de oír decir a Edward que me  amaba y pensar que yo solo lo quería me di cuenta cuan equivocada estaba, la idea de no volver a verlo, de no volver a tocarlo, de no volver a besarlo me asustaba demasiado, la vida sin él se me hacía imposible, comprendí lo que todo el tiempo estuvo ahí, yo lo amaba, lo amaba desde el primer momento, desde el primer beso y nunca se lo pude decir. No me queda más que su recuerdo, un recuerdo que me atormentara el resto de mi vida por no haber sabido apreciarlo. Descubrí que todo había valido la pena porque quizá si James no me hubiera convertido en lo que soy, no hubiera conocido a Edward. Y aunque sentía que me dolía el pecho como nunca antes, aún cuando sentía que se me desgarraba el alma tenía dos consuelos: Marie estaba a salvo y Edward encontraría a alguien que lo supiera querer y fuera digna de él… como yo no lo fui.

FIN

Gracias por leer mis fanfics, por regalarme un poquito de su valioso tiempo. Espero este fanfic haya sido de su agrado y les haya causado al menos una lágrima, les agradecería mucho si me dejan un mensaje con su opinión sobre el fanfic: lo que les gusto, lo que no les gusto, su parte favorita, etc. También quería preguntarles si quieren una segunda parte, o sólo un capítulo extra para explicarles todo lo que falta. Por favor comenten.

Atte: Zitlali Ramírez

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NOTA: Queda prohibida la copia total o parcial de este fanfic sin permiso de la autora. 

5 comentarios:

  1. continua el fanfic..... kiero saber q va a pasar con Edward.... :(
    ese final esta muy tristee...

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  2. definitivamente me niego a crrer que ese es el fin .. debe haber una segunda parte por qu debe haberla.. hazla por fis =D

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  3. Jajaja yo ame el final jaja, aun no defino si tendrá segunda parte pero yo les aviso :)

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