Narrado por
Isabella Swan.
Los días pasaban
rápidamente, Jacob casi no estaba en casa, algunas veces sólo llegaba a cenar y
a dormir, la mayoría de las veces cuando despertábamos él ya se había ido.
Emily se encargaba de limpiar y cocinar, en ocasiones Leah y yo la ayudábamos.
No podía quejarme, era una vida bastante sencilla, excepto cuando Leah comía
demasiada azúcar o cuando pensaba que era tiempo de un cambio de guardaropa.
Podría acostumbrarme a eso.
Pero mi bebé pronto
nacería y no sabía si Jacob me dejaría conservar mi empleo, tomando en cuenta
que tendría que cuidar también de mi bebé.
Faltaban tres días
para el gran desfile de Jacob y apenas hace dos había contactado a una amiga
—así la llamó él— que no tenía un cuerpo de modelo, pero según sus propias
palabras “su belleza era natural y grácil”,
ahora el problema era modificar el vestuario para ella, pero Jacob dijo que eso
era fácil sólo la necesitaba un día antes, según él había estado en peores
situaciones donde en el mismo momento de la pasarela había tenido que
improvisar arreglos a la indumentaria.
Jacob le había
prometido a Leah ir a comer hamburguesas, porque a Leah le encantaban además
Emily me contó que en su local preferido tenían juegos infantiles y eso la
hacía más feliz. Así que estaba correteando a Leah por toda la casa, habíamos
hecho un trato: yo la atrapaba y ella se dejaba bañar. Pero había resultado ser
más rápida y escurridiza de lo que esperaba, llevaba diez minutos corriendo y
ya no podía más.
—¡Leah! ¡Leah!
—¡Corre, corre!
—gritaba riendo la pequeña traviesa.
—¡Me rindo! —grite.
—¡Si! ¡Gane, gane!
—cantaba Leah mientras bailaba graciosamente.
Bueno Leah se iría sin
bañar. Por lo que no había discusión era para que se vistiera, ella amaba todo
eso —igual que su padre— así que sola fue a cambiarse.
Mientras tanto yo me
di una ducha rápida, me puse unos vaqueros, converse y una blusa manga larga
roja.
—¡Chicas! ¡Ya llegue,
espero ya estén listas! —gritó Jacob al entrar a la casa.
—¡Ya papi! —contestó
Leah.
—Pues vámonos —dijo
Jacob.
Emily y yo nos
apresuramos a salir al encuentro con Jacob.
Nos transportamos en un
auto lujoso que Jacob rentaba para poder trasladarse en la ciudad. En cuanto
llegamos Leah salió disparada hacia los juegos, iba a seguirla pero Emily dijo
que ella iría y luego me guiño un ojo… no entendí el motivo, pero la verdad era
que moría de hambre así que ordene una mega hamburguesa con papas a la francesa
mmmmmm calorías. Jacob ordenó el
plato kids para Leah y dos
hamburguesas normales, para él y Emily.
—Bella, cuéntame un
poco más de ti —pidió Jacob con gesto de interés, mientras el mesero se iba por
nuestras órdenes —¿Qué te gustaba hacer en Forks?
—Bueno… no me llevaba
muy bien con mis padres así que solía estar con mis amigas, íbamos al cine y comíamos
palomitas hasta reventar, hacíamos los trabajos del instituto juntas, hacíamos
pijamas, ¡me obligaban a ir de compras! Era horrible, no puedes imaginar lo que
significa ir de compras con ellas, no es una ni dos horas ¡es todo el día!
Incluso el día es insuficiente para ellas. Aman las fiestas así que siempre era
forzada a asistir… —continúe narrando con melancolía.
Hasta ese momento me
di cuenta de lo mucho que extrañaba a las chicas, extrañaba la forma en que me
hacían sentir mejor cuando las peleas con Charlie acababan conmigo, o como
Alice me obligaba a ser su Barbie en las pijamas, extrañaba comer golosinas
hasta sentir ganas de vomitar…
Y aunque no quería
reconocerlo extrañaba a Charlie, Rene, Edward, Esme, Carlie… los extrañaba
tanto…
Mientras hablaba con
Jacob sentí una opresión en el pequeño que iba creciendo y creciendo hasta
convertirse en un nudo en la garganta que me impidió hablar, tuve que
disculparme y salir disparada al tocador. Me encerré e intente calmarme:
—Tranquila Bella, al tu bebé no le hará
bien que te pongas mal, además allá fuera esta Jacob esperándote.
Perdí la noción del
tiempo hasta que alguien tocó la puerta del sanitario.
—¿Bella? ¿Estás bien?
—era la voz de Jacob, pero sonaba bastante preocupado.
Me lave el rostro e
intente echarme aire con las manos para que se secara el agua. Abrí la puerta y
ahí estaba Jacob, con un semblante serio y preocupado que lo hacía parecer
mucho mayor.
—Jacob —susurré para
que notará mi presencia.
—Bella, si quieres
podemos irnos —ofreció tomando mis manos con delicadeza.
—No, no vamos a comer
esas hamburguesas que muero de hambre —contesté intentando sonar emocionada.
Él no contestó pero
tomando mi mano derecha nos dirigió hasta nuestra mesa en donde Emily y Leah se
aventaban papas. Eso me hizo reír, reír de verdad. Ojala Leah nunca crezca,
ojala nadie creciera.
Al terminar de comer
Emily recibió una llamada de urgencia y le pidió permiso a Jacob para
ausentarse tiempo indefinido porque su madre estaba muy enferma, Jacob se ofreció
a pagar el viaje de Emily, quien aceptó apenada. También le dijo que no dudará
en pedirle cualquier cosa. Después me enteré que la madre de Emily había
cuidado de Jacob cuando era muy pequeño. Posteriormente de que Emily se fuera Leah
pidió ir al centro comercial con la excusa de que necesitaba un vestido muy
bonito para el desfile de su papá. Jacob se rio y dijo que obviamente nos había
diseñado un vestido exclusivo, lamentaba que Emily no pudiera usar el suyo en
la pasarela pero se lo regalaría cuando regresará de ver a su madre.
Leah suplicó ver los
vestidos pero Jacob se negó argumentando que eran sorpresa, pero con tal de que
su hija estuviera feliz decidió que iríamos al centro comercial a comprar un
helado y buscar zapatos que combinaran con nuestros vestidos, le pregunté cómo
se supone que sabríamos si combinaban si no los habíamos visto pero él soltó
una carcajada un poco soberbia y dijo:
—Porque yo iré con
ustedes.
Nos fuimos al centro
comercial donde yo pedí una copa de helado con sabores combinados: chicle,
zarzamora y limón. Sé que suena raro pero juro que sabía delicioso o al menos en
ese momento me supo a gloria, posiblemente se debería a mi embarazo pero bueno
eso no importa. Jacob pidió un helado
llamado beso de ángel.
—¿Sabes cocinar? —me
preguntó Jacob.
—Ummm… lo normal,
supongo —contesté con una pequeña risa.
—¿Te molestaría
cocinar mientras Emily vuelve?
—Oh no, claro que no.
—¿Segura? Si quieres
puedo contratar a alguien.
—Será todo un honor servirle
para su majestad—bromeé.
—¿A si? —preguntó
alzando la ceja derecha y acercándose a mí.
No conteste, no tenía
mucha experiencia en eso de los coqueteos y todas esas cosas pero… Jacob no se
estaba acercando de una manera normal, una alarma se activó dentro de mí. Él estaba
cada vez más cerca, cerró los ojos, nuestros labios se rozaban, podía sentir su
respiración en mi piel y era incapaz de moverme, fue entonces cuando sobre su
hombro apareció Edward, estaba de perfil observando fijamente hacia una tienda
se le veía bastante envejecido, no era él Edward que yo conocía, él que arrancaba
miradas más bien daba pena.
Los labios de Jacob
presionaron suavemente los míos, comenzando una tierna danza que de alguna
manera no pude parar y al contrario me encontré gustosa de seguir. Para cuando
nuestros rostros se alejaron, volví a mirar sobre el hombro de Jacob, no había
nadie. Me sentí tan estúpida y avergonzada conmigo misma, probablemente lo que
acaba de ver no era otra cosa más que mi cerebro intentando detenerme de besar
a Jacob porque… ¿qué le diría ahora? Yo no sentía nada por él, ni siquiera me
atraía físicamente, no es que no fuera agraciado, de hecho tenía un físico bastante
llamativo. Jacob era apuesto, educado, carismático, amoroso y exitoso pero no
sentía algo por él. No de la manera en que se espera cuando besas a alguien.
—Eso es un beso de
ángel—susurró tan bajo que apenas lo escuche.
—Jake…
¡Queridas lectoras! Cuando comencé a escribir de nuevo en fanfic no tenía muchas esperanzas en cuanto como iba a retomar la trama porque había estado un poco alejada de la historia pero es como si mi cabeza comenzará a recordar todo lo que había pensado para el fanfic y ¡aquí esta! en verdad espero les guste :D
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Mi correo: el-amor2011@hotmail.com
Autora: Zitlali Ramírez
NOTA: Queda prohibida la copia total o parcial de este fanfic sin permiso de la autora.
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Autora: Zitlali Ramírez
Atte: Zitlali Ramírez
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