jueves, 20 de agosto de 2015

Capítulo 21: Modelo estrella


Narrado por Isabella Swan.

—¡Papi! El muchacho de allá no me quiere dar mi helado, dice que no has pagado —dijo Leah que súbitamente estaba al lado de Jacob mientras señalaba a un empleado.
—Iré a pagar, no tardo chicas —contestó Jacob poniéndose de pie.

Cuando Jacob regresó y dijo que él se iría a verificar que todo siguiera bien para la pasarela y que nosotras podíamos ir a la casa o dar una vuelta. La verdad no tenía muchas ganas de andar por el centro comercial, ver a Edward tan demacrado aunque sólo fuera producto de mi imaginación, no me dejaba ganas de nada. Así que le dije a Jacob que iríamos a casa y aun con las quejas de Leah, eso hicimos.
Prepare palomitas de maíz y puse una película para entretener a Leah.
Mis ojos veían a la gran pantalla plana de la sala pero yo no podía borrar la imagen de Edward en el centro comercial ¿y si no había sido mi imaginación? ¿y si él estaba aquí?, no, no había razón para que Edward viniera a Italia ¿o sí?

—Leah es hora de dormir —ordené cuando la película acabó.
—Aún es muy temprano —se quejó haciendo un pucherito.
—Bueno, bueno ¿qué te parece si seguimos viendo películas?
—¡¡¡Si!!! —gritó emocionada.
 
Vimos tantas películas que perdí la cuenta, cuando Jacob llegó ambas estábamos dormidas, lo sé porque él me despertó y me pidió que lo esperara, llevó cargando a Leah hasta su habitación. Mientras más tiempo esperaba que bajará más nerviosa me ponía, probablemente quería hablar sobre lo de esta tarde.
—Bella el beso de hoy…
—Jake, no tendría que haber pasado. Olvidémoslo ¿sí? —lo interrumpí.
—Bella, no quiero olvidar el beso de hoy ¡fue maravilloso!, no quiero que te cases conmigo Bella, sólo te pido que veamos cómo se dan las cosas.
—Jacob estoy embarazada del chico al que amo.
—¿Y dónde está él ahora? Si lo nuestro funciona, amaré a ese bebé como si fuera mío.
—Jacob no, no quiero tener nada contigo. Amo al padre de mí bebé aunque él no me ame a mí —contesté cortante.
—Está bien Bella, entiendo —contestó Jacob de forma comprensiva —sólo… —dijo mientras se acercaba a mí y tomaba mi rostro entre sus manos —bésame una vez más —y unió sus labios con los míos y nuevamente disfrute de aquella sensación que acabó demasiado pronto para mi gusto.
Abrí los ojos y él ya estaba listo para subir las escaleras.
—Buenas noches, Bella —se despidió.

Subí a mi habitación, pensando en tantas cosas… no quería nada con Jacob, de eso estaba muy segura pero tampoco regresaría con Edward, él ni siquiera sabía que llevaba a nuestro bebé en el vientre, además según las palabras de Alice él había jugado conmigo. Y si quizá Alice lo había dicho por el momento pero ella ni siquiera me había dejado explicarle nada.
Me quedé dormida tan pronto como me acosté en la cama.
Al día siguiente, me levante y me dispuse a hacer el desayuno, ya que Emily no estaba en casa, pero cuando baje el olor a comida inundaba la planta baja, entré a la cocina y descubrí hot cakes calientitos y al lado miel. Supuse que Jacob los había preparado antes de irse, subí a buscar a Leah, la mande a bañar y vestir. Cuando estuvo lista le dije que su papá nos había dejado una deliciosa comida, así que ella salió disparada para la cocina y yo tras ella.

En todo el día no vimos a Jacob, me la pase buscando la forma de entretener a Leah en la casa, pero parecía que esa niña tenía energía ilimitada, además como la noche anterior le había puesto películas ya no quería ver televisión, quería correr y jugar, le propuse ayudarme hacer la comida pero terminó con la lengua quemada por probar el caldo de la sopa cuando estaba hirviendo así que decidí no volver a dejarla entrar a la cocina nunca. Después de comer sopa y pechuga de pollo asada, Leah quería hacer la cena pero me negué rotundamente, le dije que podíamos  ir a caminar al parque más cercano y podía comprar alimento para las palomas para que se los diera. La pequeña pareció encantada con mi idea pues comenzó a dar saltitos gritando: ¡sí! , una y otra vez. Hasta que salimos de la casa.
 Compramos el alimento y nos sentamos en una banca del parque. Leah estaba muy entretenidas con las palomas y eso me alegró, esa niña tenía que conocer más cosas que sólo los centros comerciales. Las palomas comenzaron a llegar pero Leah no las dejaba comer porque corría para intentar atraparlas.
Estar con Leah me hizo que pensará en mi bebé, tenía que buscar la manera de darle una vida económicamente acomodada y también pasar tiempo con él. No sabía como pero le daría lo mejor a mi bebé.
Cuando se acabó el alimento para las palomas ya empezaba a esconderse el sol, así que le dije Leah que era tiempo de regresar a casa, ella se quejó pero cuando le mencione que tenía que dormir temprano porque al siguiente día sería el desfile de modas de su papá, se puso muy contenta y acepto irnos.
Cuando llegamos Jacob no estaba esperando y había preparado la cena ¡sándwiches para todos!
 —Hola Jake —saludé tímidamente.
—¡Papi! —gritó Leah corriendo hacia Jacob.
—Hola Bella —saludó Jake sonriendo y abrazando a su hija.
—Fuimos al parque de aquí cerca —informé.
—Está bien pero ahora deben de cenar e ir a dormir porque mañana  las llevaré conmigo desde muy temprano para que las pongan muy guapas.

Tal y como no los pidió Jacob cenamos y después lleve a dormir a Leah e inmediatamente me fui a mi habitación. Concilie el sueño inmediatamente, lo que era bueno porque no me daba tiempo de pensar.

—Bella, Bella, despierta. ¡Por dios tienes el sueño más pesado que Leah! Y yo que pensaba que era imposible —escuché a lo lejos la voz de Jacob, mientras sentía que alguien movía suavemente mi cuerpo.
—Bella por favor ¡se nos hará tarde! —decía desesperado.

¡El desfile de Jacob!

Me levante de un salto y le dije a Jake que estaría lista para irnos en diez minutos, él dijo que no me arreglará porque a eso nos llevaba. Salió de mi habitación y empecé a buscar unos jeans, los primero que encontré fueron los del día anterior, lastima usaría los mismos, tome una blusa manga larga y me di una ducha rápida, tome mi celular y salí en busca de Jacob y Leah, quienes me esperaban con gesto impaciente en la sala lo que me hizo sentir incomoda.
Fuera de la casa nos esperaba una limosina blanca, subimos y emprendimos el viaje.
Jacob nos platicaba que nuestros vestidos eran hermosos, le pregunté cómo sabía mis medidas y dijo que había tomado prestadas algunas prendas de mi habitación. Leah le preguntó si sería como los demás años, que no la dejaba ir a un salón de belleza para que la arreglaran. Jacob le contestó que aún era muy pequeña para usar maquillaje y todas esas cosas que usaban sus modelos pero que si quería podían hacerle un peinado muy bonito para que luciera con su vestido. Leah aceptó gustosa.
Llegamos a un gran salón, era completamente blanco y tenía en letras en 3D  doradas el nombre del salón. Entramos y me quedé sin habla, un gran escenario rectangular estaba en medio del salón, alrededor había muchas sillas y un poco más lejos, mesas que aún estaban vacías.  Elegantes meseros iban y venían con recipientes y botellas.
Jacob nos guio hasta el fondo donde  habían cortinas que no dejaban ver y detrás de ellas varios jóvenes mujeres siendo maquilladas por lo que supuse eran estilistas profesionales.
Jacob llamó la atención de dos de ellas, a una le dijo que le hiciera un peinado muy bonito a Leah y le pusiera el vestido que le había entregado el día anterior. A la otra le dijo que me dejará aún más hermosa y obviamente el vestido que también le había entregado el día anterior, era para mí.
Entonces recordé que hace tres días cuando nos besamos en el centro comercial, íbamos a comprar los zapatos que usaríamos con los vestidos que Jacob había diseñado para nosotras, pero ya no lo hicimos, él dijo que se iría a revisar que todo siguiera en orden y yo no me acordé, supongo que Leah tampoco porque nos fuimos a la casa.
—Jake… no compramos los zapatos —susurré.
—Lo sé, se nos olvidó ese día pero es que un ángel me distrajo —contestó riendo coquetamente —pero tranquila, me tome el atrevimiento de comprarlos por ustedes —confesó.
—Gracias.

Me fui con la chica a una sección que estaba encerrada por biombos coloridos, me dijo que me sentará, la obedecí y ella comenzó a trabajar con mi cabello.
La verdad nunca había tenido paciencia para este tipo de cosas y todo esto me recordaba a Alice jugando a que yo era su Barbie. Alice… la extrañaba tanto.
¡Rosalie! ¡Josh! ¡No les he marcado como prometí!

Le pregunté a la estilista y podía hacer una llamada rápida, me dijo que sí pero que no tardará o no iba a estar lista. Rápidamente tome mi teléfono móvil y le marque a Rosalie.
—¿Bueno?
—¿Rose? —pregunté.
—¡Bella! ¡Hasta que te acuerdas de mí! —reclamó.
—Perdón Rose, el tiempo en Italia se me ha pasado muy rápido —admití avergonzada.
—Genial Bella, pero ¿cuándo piensas regresar a Forks?
—No planeo regresar Rosalie.
—Bella tengo que decírtelo ¡Edward te extraña muchísimo! No es el mismo… —no deje que siguiera.
—Rosalie no quiero escuchar nada de Edward ¿ok? Sólo quería decirte que estoy bien y mi bebé también.

Tenemos que darnos prisa —dijo la estilista interrumpiéndome.

—Rosalie me tengo que ir —avisé.
—¡Pero Bella tengo que decirte…! —y colgué antes de escuchar algo de Edward.

Fui a terminar con mi tortura, la estilista puso manos a la obra. Por mi cabello pasa una y otra vez la plancha haciendo pequeñas ondulaciones, después me hizo un crepé y algo así como una media coleta. Entonces empezó a maquillarme.
Pareció una eternidad el tiempo que estuve sentada mientras me arreglaban y cuando al fin me vi liberada de la tortura la estilista, me dijo que esperara un momento que iría por mi vestido y zapatillas.
Después de algunos minutos llegó y me ayudó a vestirme para que no me despeinara. Me colocó las zapatillas altas rojas y al fin dijo que  estaba lista, me dejó sola para que pudiera tener un momento de privacidad antes de salir. Me observe al espejo, vaya, esa de ahí no era yo. Me veía demasiado… hermosa. El vestido era color rojo, largo pero con una abertura en el costado que al caminar mostraba mi pierna casi por completo, tenía un escote en “v” discreto, que lo hacía lucir elegante. Además la tela tenía bordado detalles en lo que supuse eran piedras de imitación. En el momento que iba a salir, la estilista regresó y me entrego una pequeña caja aterciopelada negra y dijo que lo mandaba Jacob.
La estilista se fue, abrí la caja y vi el collar más hermoso del mundo, era dorado, y tenía pequeñas piezas que parecían diamantes, dentro de la caja también había un brazalete y arete a juegos. Eran de muy buena calidad pues la imitación era perfecta.  Me coloqué cada uno de los accesorios y salí.
Las modelos ya estaban en una fila, todas eran tan bellas… despampanantes, pronto sentí que yo realmente no encajaba en ese lugar.
No sabía para dónde ir así que le pregunte a una de las modelos por Jacob, ella me dijo que él ya estaba afuera, listo para presentar su desfile. Asentí y salí por un costado para sentarme en algún lugar, pero cuando iba caminando Jacob se pasó frente a mí, no dijo nada, sólo se quedó viéndome… comencé a pensar que me veía ridícula, probablemente lo había decepcionado, quizá su vestido no lucía en mí…
—¿Tan mal me veo? —pregunté tímidamente.
—Bella, eres la mujer más hermosa que he visto —contestó Jacob con tono sorprendido.
—Con todas esas modelos con las que trabajas no puedo creerte eso.
—Ojala pudieras ver lo hermosa que eres —dijo mientras extendía su mano hacía mí.

Tome su mano y me guió hasta uno de los asientos más cercanos al escenario por donde desfilarían las modelos, se disculpó por no poder estar conmigo pero el dirigiría todo, le dije que no se preocupara y después le pregunté por Leah. Jacob dijo que Leah se había encontrado con la modelo estrella y como se habían caído muy bien, su amiga le había pedido que la dejará modelar con ella, al fin, el vestuario de su hija también era un diseño de él. Jacob me dijo que no se había podido negar y pidió otra disculpa por dejarme sola, una vez más le dije que no importaba y que mejor se diría prisa.

La pasarela empezó, los elegantes y refinados invitados no paran de aplaudir ante las palabras de Jacob y sus grandes diseños, el tiempo se pasó volando y más pronto de lo que había esperado Jake ya estaba anunciando a la modelo estrella. Cuando escuché el nombre me quedé en blanco, no podía pasar, era estadísticamente improbable… Entonces la vi, con su grácil caminar como si acariciara el escenario, se veía hermosa… ahí estaba Alice Cullen y de su mano Leah…

¡Queridas lectoras! Espero les guste el capítulo ¡pronto Edward regresará! además les informo que el final está cada vez más cerca. ¿cómo creen que acabe esta historia? ya saben que finales me gustan jaja ¡saludos!

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NOTA: Queda prohibida la copia total o parcial de este fanfic sin permiso de la autora.



Atte: Zitlali Ramírez

3 comentarios:

  1. Maravilloso simplemente maravilloso hermoso, gracias nena por esa hermosa imaginacion.

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  2. Maravilloso simplemente maravilloso hermoso, gracias nena por esa hermosa imaginacion.

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