-Bella tengo un trabajo para ti,
búscame- dijo James colgando el teléfono.
Cada vez que me hablaba en ese tonó
significaba que su “trabajo” urgía.
Tome mi celular y salí de mi
departamento.
-¿Va a salir señorita?- preguntó el
portero del edificio.
-Si- conteste con una linda sonrisa.
Me pare en la pequeña acera, mientras
el portero traía mi Jeep Grand Cherokee 2013 blanca. Pasaron unos cuantos
minutos –que podrían costarme mucho– y el portero llegó con mi camioneta. Bajó de ella, se acercó a mí y me entrego las
llaves.
-Que se la pase bien-
-Gracias-
Me subí lo más rápido que pude y
arranque a toda velocidad. Conduje por las calles de Forks, a una velocidad
bastante considerable y para mi grandiosa suerte una patrulla estaba escondida
entre los árboles. Tan pronto como pase, encendió la sirena y comenzó a
perseguirme, acelere aún más y comencé a dar vueltas por toda la ciudad.
-Jeep blanca haga el favor de parase-
voceo la patrulla.
Entonces me pare en seco, por poco la
patrulla se estrella contra mí, pero no fue así.
Espere a que el oficial llegara hasta
mi ventana.
-Señorita papeles -
-Tengo prisa-
-Entonces démelos rápido-
-¿Y si mejor le doy otra cosa?-
pregunté agarrando mi bolsa.
-No la comprendo- Claro, solo a mí me
tocaban policías honestos.
-¿Cuánto se tarda en levantar la
infracción?- pregunte fastidiada.
-Una hora-
-¡Demonios!- grité golpeando
fuertemente el volante.
Ya me había retrasado bastante, una
hora más iba a ser mi tumba.
-Papeles- ordenó el policía.
-¿Otra opción?- pedí.
-Deme sus papeles por favor-
-Disculpe- susurre arrancando a toda
velocidad.
Conduje lo más rápido que daba mi
camioneta. Llegue a la enorme casa de James, abrí el garaje, metí mi Jeep, la
estacione y me dirigí a la sala.
-¿Por qué tardaste tanto?- preguntó
violentamente.
-Un pequeño inconveniente-
-¿Pero todo en orden?- preguntó un
poco preocupado.
-Si-
-Toma- dijo dándome un sobre
amarillo.
-¿Para cuándo?- pregunté.
-Lo quiero muerto está misma noche-
sentención.
Asentí.
Salí de ahí y conduje de vuelta a mi
pequeño departamento.
-¿Cómo le fue?- preguntó cortésmente
el portero, extendiendo la mano para que le diera mis llaves.
-Bien gracias, volveré a salir- dije,
pasando de largo sin darle mis llaves.
Me encerré en mi departamento, me
avente al sofá y abrí el sobre. Mire el nombre de mi próxima víctima.
“Harry Clearwater” Diputado.
Tenía la dirección de su casa en
Forks, donde según el documento estaba pasando unos días ahí. Entre otras
cosas.
Dejé los papeles en el sofá, me
levante en busca de mi ropa. Tome unos jeans negros, una sudadera negra, mis
converse, mis gafas, mi pasamontañas, mis dos pistolas y mis dos cuchillos. Fui
a mi cuarto y tome mi labial rojo intenso.
Coloque un cuchillo atorado en cada
pie. Puse una pistola en la espalda, atorada en mi pantalón y cubierta por mi
chamarra. Atore la otra pistola en el pantalón, por la parte de enfrente y la
cubrí con mi sudadera, me puse las gafas, enrolle el pasamontañas y lo metí en
la bolsa de mi sudadera.
Salí de mi departamento, me despedí
del portero y subí a mi camioneta.
Maneje hasta el lujoso departamento
del diputado. Me estacione en la calle de enfrente y espere a que oscureciera.
No tardó demasiado, a las seis de la tarde ya estaba totalmente oscuro.
Baje de mi camioneta, pasaban muchos
coches así que decidí entrar por la parte trasera, le di la vuelta caminando,
afortunadamente una ventana trasera estaba abierta, entre cuidadosamente.
Me puse el pasamontañas, saque la
pistola que tenía enfrente, y camine lentamente para salir de la habitación
donde había entrado.
Abrí la puerta lentamente, observe
que no hubiera nadie y salí. Entonces oí voces, me maldije a mí misma por no
verificar que estuviera solo. Camine lentamente hasta donde provenían las voces
y conforme me acercaba, note que solo era una voz.
Me asome y el tipo estaba hablando
por teléfono. Aguarde a que colgará.
Camine de puntitas hasta llegar a él,
entonces, cuando iba a disparar, una voz dijo:
-Baje el arma- era una voz masculina.
El diputado Harry se giró asustado y
me miro aterrorizado.
Yo voltee y me tome con un guarda
espaldas.
-¿Cómo diablos?- pregunte más para
mí.
-Cámaras- contesto el guardaespaldas.
-Lo lamento- dije mientras le
disparaba rápidamente.
En cuestión de segundo su cuerpo
cayó, gire y el diputado me observaba llenó de terror y pánico. Entonces le
dispare justo en medio de las cejas.
Me descubrí los labios, saque mi
labial rojo, me lo puse y le deje marcado un beso en la mejilla del diputado.
Guarde la pistola y regrese por donde
había llegado. Al salir me quite el pasamontañas y corrí a camioneta.
Los vecinos debieron haber oído los
disparos y debieron llamar a la policía así que tenía que irme.
Arranque a toda velocidad –como de
costumbre– y conduje. No llegaría a mi departamento, por seguridad. Maneje
hasta la mansión que James me había asignado.
Abrí el zaguán eléctrico del garaje y
entre. Estacione la camioneta, baje de ella y camine a mi habitación.
Abrí el enorme closet, saque el primer
vestido que vi, tome unas zapatillas negras de
doce centímetros.
Me metí a duchar, tarde relativamente poco. Me
vestí, deje suelto mi cabello, me maquille ligeramente, tome un abrigo y mi
bolso.
Esta vez no
tome la Jeep, agarre mi Audi deportivo 2013 negro.
Conduje
hasta mi antro favorito –en el que tenía muchísimos privilegios, por ser la
mejor asesina de James, ya que él era el dueño– había una enorme fila para
entrar. Me salté la fila, oí varios reclamos pero no me importaron. El cadenero
al verme sonrió y me dejo pasar.
Camine hasta
llegar a la barra. Me senté en un banco y espere a que me atendieran.
-¡Kristen! ¿Lo de siempre?-
-Por favor-
-¿Tan seguido vienes?- preguntó una
voz extremadamente hermosa.
-Aja- lo ignore.
-Toma- dijo el mesero.
-Gracias- conteste.
-¿Ahogando penas?- volvió a preguntar
la voz, a mi lado.
-Olvidando- conteste cortante.
Entonces en la puerta de la discoteca
apareció el arrogante Jacob Black.
-¡Hay no! Escóndeme, escóndeme- le
pedí al extraño, pero era tarde Jacob se dirigía hacia mí.
-¡Kristen que gusto!- saludó.
-No sabía que estabas en Forks-
conteste cortante.
-Pues ya lo sabes, ¿Por qué no me
acompañas un rato?-
-No, Jacob- respondí.
-¡Kristen!- gritó Seth acercándose.
Seth era un buen chico, era simpático
y súper educado, no sé qué hacía de amigo de alguien como Jacob.
-¡Seth! No sabes cuánto te extrañe-
dije levantándome para abrazarlo.
Mi querido Seth se había ido a París a aprender francés, no sabía que ya había vuelto.
-Kristen acompáñanos un rato- pidió
Jacob.
-No- conteste.
-No creo que a mi padre le agrade tu
actitud-
-Vete al diablo-
-¿Segura?- preguntó arrogante, mientras extendía su mano para que
yo la tomara.
¡Siempre utilizaba eso! Sabía que era
la frase mágica para que accediera a cualquier cosa. James era capaz de
cualquier cosa, si Jacob se quejaba que lo había rechazado ¡una vez más!
Volteé los ojos y tome su mano.
-Con permiso- le dije al chico que
estaba sentado a mi lado, que era con él que había hablado unos cuantos
segundos.
Espero les guste. Lo actualizaré cuando tenga tiempo.
PUEDEN DEJARME UN MENSAJE SIN ESTAR REGISTRADOS, para mi es muy importante su opinión Gracias.
Si desean conocer mas de mis historias pidan unirse a mi grupo: Novelas del corazón
Autora: Zitlali Nna-Star
NOTA: Queda prohibida la copia total o parcial de este fanfic sin permiso de la autora.

Ah esta buenísimo. Quien era kn el q hablabla en el bar edward?
ResponderEliminarPero xq mata gente? X un momento creí q era agente o algo así pero no
Nan Quintana
PD. Espero aparezca el comentario
Si, si apareció :D (el comentario) gracias. Y ya descubrirán poco a poco, el porqué de las situaciones y acciones :D
Eliminaraaa esta ermoso subelo pronto sii
ResponderEliminargracias :D
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