martes, 15 de enero de 2013

Capitulo 1: Trabajo.





-Bella tengo un trabajo para ti, búscame- dijo James colgando el teléfono.
Cada vez que me hablaba en ese tonó significaba que su “trabajo” urgía.
Tome mi celular y salí de mi departamento.
-¿Va a salir señorita?- preguntó el portero del edificio.
-Si- conteste con una linda sonrisa.
Me pare en la pequeña acera, mientras el portero traía mi Jeep Grand Cherokee 2013 blanca. Pasaron unos cuantos minutos –que podrían costarme mucho– y el portero llegó con mi camioneta.  Bajó de ella, se acercó a mí y me entrego las llaves.

-Que se la pase bien-
-Gracias-

Me subí lo más rápido que pude y arranque a toda velocidad. Conduje por las calles de Forks, a una velocidad bastante considerable y para mi grandiosa suerte una patrulla estaba escondida entre los árboles. Tan pronto como pase, encendió la sirena y comenzó a perseguirme, acelere aún más y comencé a dar vueltas por toda la ciudad.

-Jeep blanca haga el favor de parase- voceo la patrulla.
Entonces me pare en seco, por poco la patrulla se estrella contra mí, pero no fue así.
Espere a que el oficial llegara hasta mi ventana.
-Señorita papeles -
-Tengo prisa-
-Entonces démelos rápido-
-¿Y si mejor le doy otra cosa?- pregunté agarrando mi bolsa.
-No la comprendo- Claro, solo a mí me tocaban policías honestos.
-¿Cuánto se tarda en levantar la infracción?- pregunte fastidiada.
-Una hora-
-¡Demonios!- grité golpeando fuertemente el volante.
Ya me había retrasado bastante, una hora más iba a ser mi tumba.
-Papeles- ordenó el policía.
-¿Otra opción?- pedí.
-Deme sus papeles por favor-
-Disculpe- susurre arrancando a toda velocidad.

Conduje lo más rápido que daba mi camioneta. Llegue a la enorme casa de James, abrí el garaje, metí mi Jeep, la estacione y me dirigí a la sala.

-¿Por qué tardaste tanto?- preguntó violentamente.
-Un pequeño inconveniente-
-¿Pero todo en orden?- preguntó un poco preocupado.
-Si-
-Toma- dijo dándome un sobre amarillo.
-¿Para cuándo?- pregunté.
-Lo quiero muerto está misma noche- sentención.
Asentí.
Salí de ahí y conduje de vuelta a mi pequeño departamento.
-¿Cómo le fue?- preguntó cortésmente el portero, extendiendo la mano para que le diera mis llaves.
-Bien gracias, volveré a salir- dije, pasando de largo sin darle mis llaves.

Me encerré en mi departamento, me avente al sofá y abrí el sobre. Mire el nombre de mi próxima víctima.
“Harry Clearwater” Diputado.
Tenía la dirección de su casa en Forks, donde según el documento estaba pasando unos días ahí. Entre otras cosas.
Dejé los papeles en el sofá, me levante en busca de mi ropa. Tome unos jeans negros, una sudadera negra, mis converse, mis gafas, mi pasamontañas, mis dos pistolas y mis dos cuchillos. Fui a mi cuarto y tome mi labial rojo intenso.
Coloque un cuchillo atorado en cada pie. Puse una pistola en la espalda, atorada en mi pantalón y cubierta por mi chamarra. Atore la otra pistola en el pantalón, por la parte de enfrente y la cubrí con mi sudadera, me puse las gafas, enrolle el pasamontañas y lo metí en la bolsa de mi sudadera.
Salí de mi departamento, me despedí del portero y subí a mi camioneta.
Maneje hasta el lujoso departamento del diputado. Me estacione en la calle de enfrente y espere a que oscureciera. No tardó demasiado, a las seis de la tarde ya estaba totalmente oscuro.
Baje de mi camioneta, pasaban muchos coches así que decidí entrar por la parte trasera, le di la vuelta caminando, afortunadamente una ventana trasera estaba abierta, entre cuidadosamente.
Me puse el pasamontañas, saque la pistola que tenía enfrente, y camine lentamente para salir de la habitación donde había entrado.
Abrí la puerta lentamente, observe que no hubiera nadie y salí. Entonces oí voces, me maldije a mí misma por no verificar que estuviera solo. Camine lentamente hasta donde provenían las voces y conforme me acercaba, note que solo era una voz.
Me asome y el tipo estaba hablando por teléfono. Aguarde a que colgará.
Camine de puntitas hasta llegar a él, entonces, cuando iba a disparar, una voz dijo:

-Baje el arma- era una voz masculina.
El diputado Harry se giró asustado y me miro aterrorizado.
Yo voltee y me tome con un guarda espaldas.
-¿Cómo diablos?- pregunte más para mí.
-Cámaras- contesto el guardaespaldas.
-Lo lamento- dije mientras le disparaba rápidamente.

En cuestión de segundo su cuerpo cayó, gire y el diputado me observaba llenó de terror y pánico. Entonces le dispare justo en medio de las cejas.
Me descubrí los labios, saque mi labial rojo, me lo puse y le deje marcado un beso en la mejilla del diputado.
Guarde la pistola y regrese por donde había llegado. Al salir me quite el pasamontañas y corrí a camioneta.
Los vecinos debieron haber oído los disparos y debieron llamar a la policía así que tenía que irme.
Arranque a toda velocidad –como de costumbre– y conduje. No llegaría a mi departamento, por seguridad. Maneje hasta la mansión que James me había asignado.
Abrí el zaguán eléctrico del garaje y entre. Estacione la camioneta, baje de ella y camine a mi habitación.
Abrí el enorme closet, saque el primer vestido que vi, tome unas zapatillas negras de  doce centímetros.
 Me metí a duchar, tarde relativamente poco. Me vestí, deje suelto mi cabello, me maquille ligeramente, tome un abrigo y mi bolso.
Esta vez no tome la Jeep, agarre mi Audi deportivo 2013 negro.
Conduje hasta mi antro favorito –en el que tenía muchísimos privilegios, por ser la mejor asesina de James, ya que él era el dueño– había una enorme fila para entrar. Me salté la fila, oí varios reclamos pero no me importaron. El cadenero al verme sonrió y me dejo pasar.
Camine hasta llegar a la barra. Me senté en un banco y espere a que me atendieran.
-¡Kristen! ¿Lo de siempre?-
-Por favor-
-¿Tan seguido vienes?- preguntó una voz extremadamente hermosa.
-Aja- lo ignore.
-Toma- dijo el mesero.
-Gracias- conteste.
-¿Ahogando penas?- volvió a preguntar la voz, a mi lado.
-Olvidando- conteste cortante.

Entonces en la puerta de la discoteca apareció el arrogante Jacob Black.

-¡Hay no! Escóndeme, escóndeme- le pedí al extraño, pero era tarde Jacob se dirigía hacia mí.
-¡Kristen que gusto!- saludó.
-No sabía que estabas en Forks- conteste cortante.
-Pues ya lo sabes, ¿Por qué no me acompañas un rato?-
-No, Jacob- respondí.
-¡Kristen!- gritó Seth acercándose.

Seth era un buen chico, era simpático y súper educado, no sé qué hacía de amigo de alguien como Jacob.

-¡Seth! No sabes cuánto te extrañe- dije levantándome para abrazarlo.

Mi querido Seth se había ido a París a aprender francés, no sabía que ya había vuelto.

-Kristen acompáñanos un rato- pidió Jacob.
-No- conteste.
-No creo que a mi padre le agrade tu actitud-
-Vete al diablo-
-¿Segura?- preguntó  arrogante, mientras extendía su mano para que yo la tomara.

¡Siempre utilizaba eso! Sabía que era la frase mágica para que accediera a cualquier cosa. James era capaz de cualquier cosa, si Jacob se quejaba que lo había rechazado ¡una vez más!
Volteé los ojos y tome su mano.

-Con permiso- le dije al chico que estaba sentado a mi lado, que era con él que había hablado unos cuantos segundos.

Espero les guste. Lo actualizaré cuando tenga tiempo.
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NOTA: Queda prohibida la copia total o parcial de este fanfic sin permiso de la autora.

4 comentarios:

  1. Ah esta buenísimo. Quien era kn el q hablabla en el bar edward?
    Pero xq mata gente? X un momento creí q era agente o algo así pero no
    Nan Quintana
    PD. Espero aparezca el comentario

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    Respuestas
    1. Si, si apareció :D (el comentario) gracias. Y ya descubrirán poco a poco, el porqué de las situaciones y acciones :D

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  2. aaa esta ermoso subelo pronto sii

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